viernes, 1 de diciembre de 2017

Para este frío, un atolito agrio

Maíz morado de Ixtenco, materia prima para la elaboración de atole. Fenotipo único que se caracteriza por su doble pigmentación en la semilla: epidermis y capa de aleurona, y en el olote.

Acompañado de un frio invernal en una comunidad otomí en Tlaxcala, me dispuse a tomar una bebida que sofocará mi tiriteo y mantuviera un poco de calor en mi cuerpo. Para ello, me adentré al mercado del pueblo y consulté con algunos comerciantes. Todo apuntaba al puesto de tamales de la Sra. Margarita. Sin embargo, no me agradaba mucho la idea, debido a que los tamales y atoles son tan comunes en casi todos los lugares que uno visite en México, que ya ni ganas tenía. Pero a falta de opciones … me animé.

Al preguntar sobre un atole que sólo había uno, la señora muy amablemente me dijo: “pruébelo, joven, es muy sabroso”. Por el aspecto morado pensaba que era de zarzamora o algo por el estilo, pues no, “es del maicito morado que se produce aquí en Ixtenco, ándele, pruébelo… es más, hasta la prueba le doy”. Al darle el primer sorbo noté un sabor acidito pero no le di importancia. Supuse que algún ingrediente era el culpable de tal sabor, lo seguí probando y me gustó más, “nada mal señora, está muy bueno” le reviré a doña Margarita.

Al finalizar de comer mi respectivo tamal verde en torta, con atolito, agradecí a la comerciante y le pregunté nuevamente el nombre del atole … “es atole morado, o atole ‘agrío’, pero no crea que está echado a perder, no joven, ese es el sabor tradicional, que nosotros desde muy chicos tomamos y que nuestro padres y abuelos también lo hicieron…” me dijo Margarita.

Dos cosas pasaron por mi mente después de lo ocurrido, la primera fue sorpresa pues me impresionó saber que se trataba de un sabor agrio producto de algún proceso de fermentación, y la segunda que se trataba de una bebida de muchos, quizás cientos de años.

Ancianos bebiendo pulque, embriaguez solo permitida al llegar a los 52 años. Códice Mendoza

Todo tuvo sentido cuando consulté la obra del cronista del pueblo, Mateo Cajero, titulada “Historia de los otomíes de Ixtenco”, el cual menciona que Ixtenco proviene del otomí Ix = ‘agrio’, Ttey = ‘atole’ y ngo = ‘festividad’ que en conjunto significa “lugar del atole agrío en festividad”. Además, el proceso de fermentación ha venido acompañando a muchas bebidas prehispánicas de carácter ceremonial tales como: el pulque (de Hidalgo, Estado de México y Tlaxcala), el jobo (Veracruz), el balché y xtabentún (Maya), o bien el tesgüino (norte de México).

Para los ixtenguenses, el atole agrio esta relacionado con la Matuma, un evento mensual de recaudación de fondos. El fin es la celebración religiosa anual, en honor al santo patrono del pueblo: San Juan Bautista, que es organizado por un barrio (de nueve en total) mediante el comité organizador denominado la Mayordomía. Es tambien común tomar atole en el dia de San Juan.

A continuación se presenta de manera general el proceso de elaboración del atole.

Todo comienza con la selección de las mazorcas moradas con las tonalidades más oscuras.

En un recipiente con agua, se vierten los olotes y el grano. Se deja reposar al menos 12 hrs para posteriormente llevar las semillas al molino. 

El agua que se torna morado-rojizo; no se desecha, solo se escurre los granos para molerlos y generar la masa, propia del atole.

La masa, como se puede apreciar, tiene dichos tonos, que junto con el agua pigmentada le añadirán la coloración al atole.

La masa resultante se regresa al agua del primer paso y se revuelve, se deja reposar durante 12 hrs cerca de un fogón o bien, se le añade un poco de agua caliente. Se advierte un proceso de fermentación ligero.

Pasado dicho tiempo, la coloración del agua es más intensa.

Posteriormente, con una coladera o bolsa de mandado limpia, se cuela la masa. El agua resultante es la que se utiliza propiamente para la elaboración en caliente, del atole.

En una olla se pone a hervir agua con canela, para agregar enseguida el agua colorada del proceso anterior. El combustible para hervirlo se recomienda sea de olotes de maíz.

Se mueve constantemente para evitar que se pegue en la olla, o bien, que no espese. Es indispensable que estos movimientos se hagan con un 'chinamite' (un tallo grueso y limpio de maíz).

Una vez llegado al punto de ebullición se tiene que observar la consistencia del atole, cuando tenga la adecuada se apaga el fuego y se espera a que enfríe un poco.

Es preciso mencionar que dicho atole se sirve con frijol ayocote (Phaseolus coccineus L.) hervido. Así que, si queremos llevar a pie de letra el consumo tradicional, es necesarios agregarlos.

Se podría decir entonces, que el proceso de elaboración tiene que hacerse con dos días de anticipación. El atole se disfruta caliente y en compañía de amigos y familiares.

Si quieres probarlo en Ixtenco, basta que lo visites un sábado o domingo; el 24 de junio, correspondiente a la fiesta del pueblo en honor a San Juan Bautista, o bien, en la Fiesta de Maíz, que se celebrará al inicio de abril. Es recomendado compañar el atole con el 'mole de matuma' y los 'tamalitos tontos' elaborados con manteca de cerdo, masa de maíz y sal.

Para más información, visitar la página oficial de la Fiesta del Maíz
Agradezco a la familia Hernández Ventura, en especial a la Sra. Teresa Ventura Estrella, Sr. Vicente Hernández Alonso e Ing. Irma Hernández Ventura por compartir sus conocimientos, la explicación y la elaboración del atole agrio en Ixtenco, Tlaxcala.

Notas de interés:

Ixtenco, cultura y fe que reafirma las costumbres otomíes.

Atole agrio y Mole Matuma patrimonio cultural inmaterial de Ixtenco.
 

Para más información sobre bebidas ceremoniales fermentadas, consultar:

Rojas Gonzalez, Francisco. 1998. Estudio histórico-etnográfico del alcoholismo entre los indios de México. En: Ensayos indigenistas. 1era Edición. Asociados Numerarios de El Colegio de Jalisco -CIESAS. México. 131 p.


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