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lunes, 11 de abril de 2022

Complejos de plantas medicinales: el cuachalalate y dos plantas asociadas a su uso tradicional

¿Alguna vez les ha pasado que cuando compran una planta medicinal, les dan una distinta a la que esperaban? 

Este fenómeno se presenta en muchas ocasiones. A veces es porque las plantas reciben diferentes nombres comunes en las localidades en donde se usan. Tal es el caso del cuachalalate Amphipterygium adstringens (Schltdl.) Standl., que pertenece a la familia Anacardiaceae.  Su nombre común varía de acuerdo a la localidad; en Michoacán se conoce como "cuachalalate", "macerán" o "maticerán" (de la lengua tarasca matixerán) y "pacheco". También se le da el nombre de "palo de rosa", "cuacha", "chalalote", "quetchalala" (Zamudio, 2005).

Árbol de Amphipterygium adstringens (Foto: I. Castillo)

El cuachalalate es una planta endémica de México a Centroamérica, y se distribuye en la vertiente del Pacífico desde Nayarit hasta Chiapas, incluyendo la cuenca del río Balsas. Se puede encontrar en los estados de Aguascalientes, Chiapas, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Veracruz, Zacatecas, Honduras.

Se ha usado desde tiempos prehispánicos para el tratamiento de problemas del estómago como la gastritis, úlceras y cáncer gástrico. Tiene un efecto anti-Helicobacter pylori, la causa principal de las úlceras estomacales. Su efecto terapéutico se le atribuye a la corteza, de la cual se ha reportado la presencia de tritérpenos tetracíclicos y pentacíclicos, ácidos y aldehídos anacárdicos. Los compuestos mayoritarios son los triterpenos y fenoles de cadena larga (Navarrete, 1988; Mata et al., 1991). Su importancia es tal que por su alta demanda requiere de un control de su uso para evitar que se agote, ya que no es una especie que se cultive.

Tronco con resina, característico de la familia Anacardiaceae (Foto: I. Castillo)

Otro aspecto, aparte de las confusiones causadas por los nombres comunes variables, es que en nuestro país no se controla la calidad de plantas medicinales que se comercializan. Se puede dar la adulteración de ciertas especies que tienen una alta demanda, por otras que pueden no tener ningún efecto o ser tóxicas. Pero también puede haber otras razones. 

Linares y Bye proponen que no siempre es una adulteración malintencionada, sino que esta dinámica corresponde a lo que ellos denominan “complejos de plantas medicinales” (Linares y Bye, 1987).

Frutos y corteza de Amphipterygium adstringens (Foto: I. Castillo).

Un complejo está formado por un grupo de plantas que comparte propiedades, entre ellas, una actividad biológica parecida. Éstas pueden estar agrupadas con el mismo nombre común, porque tienen características morfológicas similares y se les atribuyen propiedades curativas parecidas. Estos complejos funcionan sustituyendo una planta “tipo” que es la más utilizada en determinado momento, ya sea por escasez o para evitar que se acabe.

Tomando en cuenta las ideas de adulteración o complejos, se han explorado dos cortezas asociadas al cuachalalate y su efecto anti-Helicobacter pylori. Una de estas es el cuachalalate blanco (Guaiacum coulteri A. Gray), que además de coincidir con su nombre común (Linares y Bye, 2008, Comunicación personal), se le atribuye un uso tradicional parecido. La otra planta es la chupandilla (Cyrtocarpa procera Kunth), la cual de acuerdo a reportes se usa para adulterar el cuachalalate (Rosas et al., 2011).

Corteza de Amphipterygium adstringens.


Corteza de Guaiacum coulteri.

Corteza de Cyrtocarpa procera.

El cuachalalate blanco es un arbusto o árbol de 1 a 12 m de altura y pertenece a la familia Zygophyllaceae. Se distribuye en la pendiente del Pacífico y el noreste de México, en los estados de Baja California Sur, Chiapas, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Sonora. Su corteza es de color grisáceo con textura escamosa con fondo liso y corteza interna granulosa y escamosa, su sabor es ligeramente amargo (Centeno, 2007). También se le conoce con el nombre común de "guayacán genuino","guayacán verdadero", "guayacán amarillo", "huaxaxan", "árbol santo", "palo santo" (Soto, 1987). En Oaxaca también se conoce como "hueyacán", matlacuahuitl", "soon", "yaga-na". En las hojas y tallos se ha encontrado la presencia de alcaloides.

Ejemplar de Herbario: frutos de Guaiacum coulteri.

La chupandilla es un árbol que mide entre 5 y 7 m de alto. Se encuentra ampliamente distribuido en los estados de Baja California Sur, Chiapas, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Tamaulipas y Zacatecas. Su tronco tiene corteza de color grisáceo y pertenece a la familia Anacardiaceae. Es conocida comúnmente como "coco de cerro". En Morelos se conoce como "chucum pun", su nombre en cora es "puei", también se le conoce por otros nombres como "copal", copalcojote", "tepalcojote", "chocote", "kopayocotl" (náhuatl, "ciruelo benaco"). De la corteza se han aislado e identificado β-amirina , β-sitosterol y una mezcla de ácidos grasos (Rosas et al., 2011).

Árbol de Cyrtocarpa procera.

Habla a favor de un posible “complejo cuachalalate”, y no de una adulteración, que se ha encontrado la presencia de compuestos activos en las dos cortezas que son asociadas al complejo. Tienen una distribución geográfica parecida, tradicionalmente se utiliza la misma parte de la planta (la corteza) y tienen una misma actividad biológica, por ejemplo, su actividad anti-Helicobacter pylori

Así, hay muchas plantas que pueden estar asociadas a otras y se utilizan para tratar una misma enfermedad. Aunque aún hay mucho por conocer. 

Referencias bibliográficas: 

Centeno B., L. (2007). Comparación anatómica e histoquímica de corteza y madera de guayacán del mercado de uso medicinal con Guaiacum coulteri (Zygophyllaceae) de la xiloteca MEXU. Tesis profesional, Facultad de Ciencias (Biología), Universidad Nacional Autónoma de México.104 p.

Linares, E. y Bye, R. (1987). A study of four medicinal plant complexes of Mexico and adjacent United States. Journal of Etnopharmacology 19: 153-183. 

Mata, R., Calzada, F., Navarrete, A., Del Río, F. y Delgado, G. (1991). Long-chain phenols from the bark of Amphipterygium adstringens. Journal of Ethnopharmacology 34(2-3): 147-154.

Navarrete, A. (1988). Estudio químico de plantas mexicanas usadas en medicina tradicional: constituyentes de Chenopodium graveolens Willd., Chenopodium ambrosioides L. y Amphipterygium adsdtringens Schiede ex Schlecht. Tesis de Maestría en Ciencias Químicas (Química Farmacéutica). Facultad de Química, Universidad Nacional Autónoma de México. 210 p.

Rosas A., H., Terrazas S., T., González T., M., Guzmán, Y., Soto H., M. (2011). Anti-ulcer activity of Cyrtocarpa procera analogous to that of  Amphipterygium adstringens, both assayed on the experimental gastric injury in rats. Journal of Ethnopharmacology 134(1): 67-73. 

Soto, J. (1987). Las plantas medicinales y su uso tradicional en la cuenca del río Balsas: estados de Michoacán y Guerrero, México. Tesis de Licenciatura, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. 231 p.

Zamudio L., A. (2005). Estudio hemero-bibliográfico del cuachalalate (Amphipterygium adstringens) en forma de fitofármaco. Tesis profesional, Q. F. B. FES-Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México. 90 p.

jueves, 14 de julio de 2016

Revista Agroproductividad: caña de azúcar, frutales tropicales y factores socio-económicos

Este año revisé los números I y II de la revista de difusión científica Revista Agroproductividad. Ya se han acumulado los números, así que hoy les mencionaré brevemente los números III, IV y V.

 El tema del número tres fue la caña de azúcar. Hay artículos sobre cuestiones fitosanitarios, agronomía (como los características de la suspensión de riego antes de la cosecha, de diferentes variedades, la rentabilidad de diferentes técnicas de siembra o de la fertilización), la propagación in vitro y su certificación fitosanitaria. Contiene un artículo sobre alimentos animal fermentado (o sea, silaje) que se puede obtener a partir de tallo crudo o quemado.

El número termina con un artículo sobre la linaloe (Bursera linanoe) y la variación en sus aceites esenciales, así como otro sobre las características del aceite de la higuerilla, Ricinus communis.




Esta ilustración muestra la micropropagación de caña.



El siguiente número de la revista (IV) versa sobre frutos y frutales tropicales, como son las anonas, la guayaba, el xoconoxtle, la papaya, el jitomate, el mamey, la ciruela tropical, el nanche, el mango y el aguacate. La mayoría de los artículos analiza la variación en el grupo tratado.

Además, hay un artículo sobre cuestiones fisiológicas (evapotranspiración) del algodón en un área importante de cultivo, alrededor de Mexicali.





Estos son los frutos de varias especies de Annonaceae, una familia importante de frutales tropicales. Algunas, como la guanábana, son ampliamente conocidas, mientras otros se aprecian solo a nivel local.

Aquí vemos las características de las tres principales especies de los ciruelos tropicales.

Esta ilustración muestra la diversidad de ciruelos en dos regiones de México.

 El número V de este año, 2016, está dedicado a temas socio-económicos, principalmente. Algunos son generales, y otras sobre cultivos específicos, como el frijol, el mango o la fresa.

viernes, 30 de mayo de 2014

El delicioso chile de ciruela

En la región Tierra Caliente del Estado de Guerrero tenemos unos árboles, que a pesar de que en la mayor parte del año parecen estar secos, en los meses de abril y mayo se llenan de un fruto muy rico... las ciruelas tropicales.

Árbol de ciruela (Spondias spp.) silvestre 

Hay diferentes tipos de árboles de ciruela. En mi pueblo la gente reconoce ocho, a las que localmente llaman winguri, boja, tuyache, cungucha, mulata, poroche, amarilla y la silvestre. La silvestre es la última en madurar y es la más ácida, por lo que las mujeres la usan para un guisado muy tradicional que se llama chile de ciruela.

Se hizo un platillo importante de la región por que hace tiempo cuando la gente se dedicaba principalmente a la agricultura, a estas alturas del año las cosechas de los cultivos de la región empezaban a escasear, por lo que la recolecta de la ciruela silvestre se convirtió en un platillo de esta temporada.

Recolección del fruto de la ciruela
Les voy a compartir como elaborar el tradicional Chile de Ciruela.

Para preparar este platillo se necesitarán los siguientes ingredientes:
  • Medio kilo de ciruela verde
  • Dos chiles serranos
  • Un diente de ajo
  • Un trozo de cebolla
  • Sal al gusto
Los ingredientes son para 6 porciones

El tiempo de preparación ya con las ciruelas colectadas es de 30 minutos

Los pasos para la elaboración son los siguientes:

El fruto se puede colectar entre los meses de abril y mayo.

Ciruela para el guisado, con apariencia aún inmadura.

Se lavan las ciruelas y se ponen a cocer con un poco de agua y uno o dos chiles verdes.

Cocción de los ingredientes

Una vez cocidas, en un molcajete se debe moler un diente de ajo, el chile previamente cocido y finalmente la ciruela.

Moler en molcajete 

En seguida en una cacerola con un poco de aceite caliente, se fríe un pedazo de cebolla.

Freír cebolla

La cebolla debe quedar traslucida

Cuando la cebolla se observe translúcida, se puede agregar la ciruela molida que se encuentra en el molcajete, se sazona con sal algusto y se le pone un poco de agua para dejar hervir.

Platillo terminado de elaborar

LISTO

Se preparan unas tortillas de maíz a mano.

Tortillas de maíz a mano para acompañar

Generalmente se acompaña con una jarra de agua de limón, un pedazo de quesito fresco y a disfrutarlo... mmm

Complementos: Agua de limón, tortillas de maíz y queso fresco de rancho

Guisado servido y listo para degustar


Espero sea de su agrado como lo es para nosotros en la región de la Tierra Caliente, en el estado de Guerrero. Antes de despedirme quiero agradecer a mi mamá la Sra. Edith Regalado quien me paso la receta y la elaboró para ilustrar este trabajo, también a mi papá el Sr. Julio González que recolectó las ciruelas del platillo.

¡BUEN PROVECHO!