lunes, 26 de enero de 2015

Precios en la Central de Abasto

Ya hemos visto notas anteriores en este mismo blog acerca de la Central de Abasto, pero esta nota es un poco diferente porque aquí lo interesante son los precios.

Imagen satelital de la Central de Abastos de la Ciudad de México (Imagen de Google Maps).

El marzo pasado (2014) la crisis del limón nos condujo desesperadamente a la Central de Abasto. Luego de resistir estoicamente los altísimos precios y de oponer mucha resistencia a comprar en supermercados, emprendimos el viaje desde la mañana rumbo a aquel "mercadote" ubicado en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal.

Vista aérea de las bodegas de la Central de Abasto (Imagen de Google Maps).
Nuestro objetivo era comprar limones "a buen precio" y resultó que, aunque no encontramos el precio deseado, sí hallamos un lugar exclusivo para todas las mujeres en busca del valioso cítrico.

Puestos de limones, los precios varían desde 26 hasta 45 pesos.
La Central de Abasto de la Ciudad de México cuenta con 150 ha dedicadas exclusivamente a la comercialización de verduras, frutas, legumbres, hortalizas, carnes, aves, mariscos, pescados, flores, etc. Además existen locales de salchichonerías, cremerías, granos y semillas, dulcerías, abarrotes, productos enlatados, materias primas, entre otros. Este es uno de los centros más importantes de captación de productos provenientes directamente del campo mexicano.

Productos de la Central de Abasto de la Ciudad de México.
La importancia de la Central de Abasto radica en los bajos precios de venta, lo cual se debe a que en muchas ocasiones los comerciantes son ya sea mayoristas o productores. A pesar de los increíbles precios que podemos encontrar aquí, existe una realidad innegable y es que con el paso de los años, el precio de la mayoría de los productos ha sufrido un aumento considerable, en ocasiones excesivo, como en el caso del limón, pero quisimos comprobarlo con números.

Moles, chiles, especias y varios.
Teniendo esto en mente, analizamos los precios del primer trimestre de 2011, última ocasión en que el grupo de Etnobotánica y Botánica Económica del ColPos visitó la central, y los comparamos con los del primer trimestre de 2014. Para ello, se tomaron los precios promedio de algunas frutas y hortalizas de enero, febrero y marzo, luego se obtuvo la tasa de crecimiento del periodo y se comparó con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (o sea la inflación acumulada en los 4 años) y con el salario mínimo en la zona geográfica A. Los resultados se muestran en  las tablas 1 y 2.



El análisis indica que los precios en la mayoría de los productos han incrementado de manera excesiva en el corto periodo de tiempo estudiado. Los ejemplos más drásticos se dan en los precios del limón, la guayaba, la cebolla y el chile jalapeño (con tasas de incremento de 57.81, 62.08, 322.66 y 108.60%, respectivamente). En la última columna de la tabla 1, se compara el incremento de los precios con respecto a la inflación acumulada en los 4 años (14.78%), de manera que si el valor es positivo, el incremento de los precios está por encima de la inflación, y viceversa. Lo anterior indica que, a excepción de productos como la manzana roja, la papaya y el tomate saladette, el incremento de los precios de TODOS los productos en estudio están por encima de la inflación reconocida oficialmente.



Por otra parte, en la tabla 2 se muestra el crecimiento tanto de la inflación como del salario mínimo, evidenciando que el incremento de la inflación casi duplica el incremento del salario mínimo, lo cual resulta bastante paradójico, ya que para determinar el salario mínimo se toma en cuenta el Índice Nacional de Precios al Consumidor (inflación) como uno de los factores principales en el cálculo. O sea, al fijar los salarios se subestiman los incrementos reales de los precios de alimentos en dicho cálculo.

Cabe mencionar que la disminución en el precio del tomate saladette (números en color verde), puede deberse a la época del año en que se consideraron los valores: el primer trimestre del año, época donde la producción es mayor en los estados del norte, por ejemplo Sinaloa, quien es el primer productor de tomate saladette del país (pero esto también era cierto en 2011). Claro, los aumentos de los demás productos también se pueden deber a influencias estacionales o de diferencias en la cosecha entre años. Los precios de alimentos frescos varían notoriamente de un momento al otro, y por esto a menudo no son tomados en cuenta para algunas medidas de inflación. Pero, tomándolas en conjunto, sí se muestra el aumento en los precios más importantes, que son los alimentos, sobre todo para familias de bajos recursos.

Este análisis, aunque simple y breve, muestra que el poder adquisitivo del salario mínimo es cada vez menor, la inflación real (como muestra la tabla 1) es cada vez mayor y por supuesto, los precios de los productos de consumo básico siguen incrementando. De esta forma es fácil entender por qué con los salarios actuales ya no nos alcanza para comprar 2 kilos de limón y 3 de cebolla.

Aquí dejo algunos enlaces que pueden ser de ayuda para aquellos interesados en leer más sobre el tema:


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