miércoles, 29 de junio de 2016

Los bosques de Chignahuapan


La primera vez que conocí Chignahuapan (municipio de la Sierra Norte de Puebla), fue durante una practica de campo y lo primero que me sorprendió fueron los bosques de pino y encino que cubrían grandes extensiones de la región.

En estos bosques pude observar diferentes formas de aprovechamiento que utilizan los pobladores, como por ejemplo el desarrollo de campamentos ecoturísticos, como el Llano del Conejo, donde se pueden realizar recorridos por el bosque, acampar y hacer fogatas para pasar la noche.

Bosques de pino en Chignahuapan
Aparte del maíz, frijol y algunos frutales, también se pueden cultivar agaves para la producción de pulque y de barbacoa de borrego mediante el corte de las pencas de maguey.

Cultivo de maguey
El ganado principal es el ovino, ya que los borregos resisten mejor las condiciones frías. Además se aprovecha la lana para la elaboración de mantas, chamarras y cobijas. Para mantener al ganado, se talan los bosques para formar extensos potreros y mantener un forraje adecuado y constante, lo que provoca que se pierda parte de la diversidad de estos bosques.

Ganado pastando
Además, los bosques son una fuente importante como recurso maderable. Se cortan los pinos principalmente, para usarlos en las construcciones de casas, en los bardeados, se delimitan los potreros con estacas y para elaborar muebles. Los encinos se ocupan más como leña y para la elaboración de carbón.

Casa típica de Chignahuapan donde se utiliza la madera como trabes para el techo, en puertas, bardas, y muebles
El bosque no solo produce madera, sino que también son muy ricos en especies de hongos comestibles, medicinales y psicotrópicos; los pobladores los colectan para complementar su alimentación.

Russula silvicola
Boletus sp.
La gente puede identificar los diferentes tipos de hongos que se pueden cosechar y llevar a su casa para cocinar. Y en ocasiones, cuando hay abundantes hongos silvestres, las personas se ponen de acuerdo para salir a la carretera y venderlos, además de que ofrecen unas ricas quesadillas preparadas con hongos silvestres.

Venta de hongos en Chignahuapan
El valor de las cubetas es muy variable, y depende de la temporada (si hay abundantes hongos) y del tipo de hongo que se vende. Por ejemplo, las “naranjitas” (Amanita caesarea) son de los hongos más caros y apreciados, por lo que la cubeta puede valer hasta 150 pesos.

Los hongos pancita o cemita (Boletus edulis) junto con los “enchilados” (Lactarius deliciosus), pueden tener un costo menor, de 90 pesos, y los hongos oreja blanca (Russula brevipes) y corales (Ramaria spp.) pueden valer 40 o hasta 60 pesos.

Diversidad de hongos comestibles
Una cosa muy importante es que los que colectan hongos deben ser personas que se dedican y tienen años haciéndolo, ya que si lo hace cualquier persona puede confundir las naranjitas (Amanita caesarea) con la cemita roja (Amanita muscaria), la cual si bien no es mortal, puede causar problemas gastrointestinales; o se puede confundir a Amanita vaginata que es comestible con Amanita phalloides, la cual es mortal.

Amanita vaginata
Es por eso que se debe comprar con estos pequeños grupos organizados, y de preferencia, conocer un poco sobre los hongos para evitar consumir alguno tóxico. Y una vez que se tienen, se pueden preparar de una manera rápida y sabrosa, y que permita identificar algunos sabores de cada hongo.
Lo primero que se debe hacer es lavarlos bien para quitar restos de hojas y tierra.

Separación y lavado de hongos; en la imagen predomina Amanita vaginata
Después se cortan los hongos en rajas, para posteriormente, en un caso, colocar manteca de cerdo, una cucharada, donde se van a refreir los hongos. Soltarán el agua que tiene acumulada; se deja hervir y cocer bien por unos minutos, se echa sal al gusto y se comen como tacos.

Cocinando a las naranjitas (Amanita caesarea)
De esta forma, se complementa la alimentación de los campesinos que viven en estas regiones de climas fríos, donde los bosques de pino y sus derivados, representan el principal sustento para la gente.


Para más información:


Escobedo-Garrido J. S. (2010) Estructuración de los sistemas productivos que se incorporan en la cadena agroalimentaria de la especie ovina en Chignahuapan, Puebla. Revista Mexicana de Agronegocios 14(26):240-250.

Guzmán G. (2011) El uso tradicional de los hongos sagrados: pasado y presente. Etnobiología 9:1-21.

Rodríguez-Maldonado M. G., F. López-Álvarez, M. A.  Andrade-Padilla. (2008) Intoxicación por hongos: a propósito de un niño con falla hepática. Revista Mexicana de Pediatría 75(4):171-174.

Vázquez-Mendoza S. y R.  Valenzuela-Garza. (2010) Macromicetos de la Sierra Norte del Estado de Puebla, México. Naturaleza y Desarrollo 8(1):2010.

Y por último les dejo un interesante artículo sobre una iglesia dedicada al culto del hongo en Chignahuapan:

Guzmán G., R. G. Wasson, T. Herrera. (1975) Una iglesia dedicada al culto de un hongo, "Nuestro Señor del Honguito", en Chignahuapan, Puebla. Bol. Soc. Mex. Mic. 9:137-147.

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