miércoles, 2 de mayo de 2012

Todo por una pregunta


"Enebro" (Juniperus flaccida). En San Miguel Tulancingo las
 ramillas se ocupan en las limpias
¿Por qué se siguen utilizando las plantas medicinales a pesar de la accesibilidad de la medicina moderna?

Esta fue una de tantas preguntas que hace algunos años hizo la profesora a sus alumnos del curso de etnobiología. Entre los alumnos me encontraba yo. Realmente nunca me había puesto a pensar en ello. La profesora nos dio varias razones del uso vigente de plantas medicinales tales como su bajo costo, la inaccesibilidad a la atención a clínicas o consultorios y otras, pero yo trataba de recordar algunas de las plantas medicinales para curar en el pueblo de donde son mis padres, al que visitábamos cada periodo vacacional.

Sin saberlo, desde entonces se despertó en mí un interés por contestar aquella pregunta. Decidí investigar al respecto. Para iniciar, debía familiarizarme con el tema. Así que comencé a leer estudios sobre plantas medicinales y en concreto de la comunidad. No me fue difícil encontrar información, pues México es uno de los países con mayor investigación sobre plantas medicinales. Lo que sí me sorprendió fue no encontrar ni un solo libro, escrito o algo similar sobre la flora medicinal de la comunidad, ni siquiera de localidades aledañas.

Debo reconocer que por aquellos años yo desconocía mucho sobre la comunidad de las que les hablo. Se trata de San Miguel Tulancingo, Oaxaca, un pueblo del que ya les he platicado en una ocasión anterior.

Aquella revisión bibliográfica sirvió para descubrir el grupo étnico del que soy descendiente: los chochos o chocholtecas, quienes en su lengua se denominan rru ngigua que significa “gente de idioma”.

Entonces descubrí que los chochos es uno de los tantos grupos que han estado en el olvido desde hace siglos, incluyendo el estudio de sus plantas útiles. De aquella revisión bibliográfica, conocí el libro “Biodiversidad de Oaxaca” (Caballero et. al, 2004). El capítulo sobre uso y manejo tradicional de plantas no reporta alguna investigación seria sobre las plantas útiles de este grupo étnico (y a la fecha no lo he encontrado), mientras que para los mixtecos, los zapotecos y los chinantecos se mencionan varias publicaciones. No digamos para otros grupos fuera de territorio oaxaqueño como los mayas y los nahuas, de quienes se ha estudiado ampliamente sus plantas útiles, incluyendo la flora medicinal.

Parte de lo anterior, fue lo que me motivó a registrar las plantas medicinales de los chochos y contestar la pregunta que me hicieron alguna vez en el aula. Comencé a platicar con los médicos tradicionales del pueblo y los pobladores del lugar. Varias veces me hice acompañar de ellos para recolectar las plantas en los terrenos áridos y semidesérticos de San Miguel. Durante los recorridos me platicaban acerca de las enfermedades que curan las plantas, cómo las utilizan, quienes la utilizan, en que cantidades y algunos otros datos.

Después de un año de haber visitado frecuentemente la comunidad, obtuve un listado de 85 especies medicinales. Pero el listado quedó incompleto, ya que sólo abarqué las especies silvestres y aún falta el registro de las especies cultivadas. También descubrí que las plantas curan enfermedades como “el mal de ojo” y el “susto”, las cuales son de conocimiento popular en varios regiones de México.

A pesar de que ya había conocido mucho sobre las plantas curativas de los que hablan el idioma, aún no podía contestar la pregunta que originó todo esto. En la comunidad existe una clínica rural del IMSS a la que acuden frecuentemente los tulancinguenses. Esto me causaba confusión porque también sabía por las varias pláticas que entablé con ellos que seguían utilizando las plantas medicinales para varias enfermedades.

Hoy sigo tratando de contestarme aquella pregunta y otras más mediante mi tesis de maestría.
"Higuerilla" (Ricinus comunis). Las hojas calentadas en el comal se colocan con manteca en el abdomen para curar diversos padecimientos gastrointestinales.
"Tronadora amarilla" (Tecoma stans). El comiento de las hojas junto con otras plantas se utilizaba anteriormente para facilitar el parto.

"Biznaguita" (Coryphantha retusa) Se aplican gotas del cocimiento del fruto o tallo para destapar los oidos

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