viernes, 22 de enero de 2016

Mixiote con setas y xoconostle


Esta receta es muy fácil de hacer y tiene un cierto sabor acidito característico del xoconostle (del náhualt xococ: agrio y nochtl: tuna), así que si no te gusta mucho este sabor, puedes agregar el xoconostle en menor cantidad.

Ingredientes:
  • 2 dientes de ajo 
  • 1 Cebolla entera chica 
  • 2 Chiles de árbol 
  • 5 ramitas de epazote 
  • 4 Papas 
  • 7 Nopales medianos 
  • 3 Xoconostles 
  • 1 kg de Hongo setas o champiñones 
  • 1 chorrito de aceite vegetal 
  • Sal al gusto 
  • Cutícula de maguey o mixiote.



Procedimiento: 

Lavar y picar finamente todos los ingredientes cuidando que no queden trozos grandes.


Para limpiar el xoconostle, quitamos la parte exterior de la cáscara y nos quedamos con la parte de en medio. La tuna donde se encuentra las semillas la desechamos.


En una cacerola mezclamos todos los ingredientes empezando por el ajo, la cebolla, el chile, el epazote, el xoconostle, las papas, los nopales y las setas. Agregamos sal al gusto y un chorrito de aceite vegetal.




Antes de llevar al fuego podemos elegir si vamos a cocinar todos nuestro mixiote en una sola porción familiar o si lo queremos en porciones individuales.

En caso de elegir la primera opción tapamos nuestra olla con la cutícula de maguey o mixiote, para que suelte su sabor, y enseguida lo cubrimos con una tapa. Llevamos a la estufa y lo cocemos durante una hora a fuego medio.


Si elegimos cocinarlo en porciones individuales, partimos la cutícula en rectángulos de unos 15 cm de largo x el ancho de la hoja e hidratamos la cutícula para poder manejarla mejor.

En cada una de estas secciones, colocamos una porción de nuestros ingredientes y con un hilo sujetamos nuestro mixiote para que no se salga nuestro relleno. Cuando hayamos terminado nuestras porciones individuales las colocamos en una olla y los cocemos durante una hora a baño maría.

Una vez listo nuestro mixiote podemos acompañarlo con unas tortillas calientitas y unos frijolitos.



Provecho, espero te guste.

jueves, 21 de enero de 2016

¿La productividad agrícola es la clave para alimentar al mundo?

En el discurso oficial y académico sobre la producción agrícola y las posibilidades de alimentar poblaciones crecientes (aunque ya no tanto como antes), el rendimiento agrícola por hectarea juega un papel preponderante. Se dice que hay que elevarlo, por el medio que sea, porque si no, nos vamos a morir de hambre. Y lo que es peor, las estadísticas solo se enfocan en el cultivo principal, cuando hay a menudo otros productos en la misma superficie que también producen biomasa útil, como forraje, miel, quelite, etc.

La proporción entre calorías producidas y calorías que realmente se comen después de su conversión a carne, etc.

Pero aparte del hecho de las malas cuentas en tanto al rendimiento, este enfoque impide una visión más holística. Si lo consideramos bien, no es tan importante cuánto produce una hectárea, sino cuánto de esta producción realmente termina en nuestro plato.

De la cosecha original de una parcela, en el caso de plantas comestibles, tenemos que deducir los siguientes pasos, todos asociados con costos y mermas:

  • La venta (transporte, tiempo)
  • El transporte a algún mercado de mayoreo y las mermas en el camino, a veces entre países y continentes
  • El costo y las mermas del procesamiento (p.ej., elaboración de pan)
  • El costo y las mermas del comercio hasta la venta al consumidor
  • Lo que se tira o se echa a perder en la casa del consumidor (o la cocina del restaurante donde come)

En el caso de carne, existe una merma todavía mayor: solo una pequeña parte de las calorías de las plantas se convierte en carne. Por ejemplo, tienes que dar a comer a una vaca alrededor de 33 kg y a un puerco alrededor de 10 kg de granos, para que produzca 1 kg de carne. En huevos, esta "eficiencia de conversión" es aproximadamente 5:1 y en leche 1:0.4. Claro, necesitamos algo de proteína, y existen forajes para animales que no podemos comer nosotros, como pasto, zacate seco, desechos varios o esquilmos agrícolas. Además, existen regiones, como los grandes pastizales del mundo, que tienen vocación ganadera. Pero, una buena parte de la carne producida en forma comercial sí se basa en productos que básicamente son alimento humano.

Entonces, se puede mejorar el abastecimiento de muchas otras formas, que no necesariamente requieren mayor producción agrícola - haciendo más cortos y eficientes las vías de comercialización, por ejemplo. O mover el enfoque del alimento animal a esquilmos. O comer menos carne, que es una cuestión de costumbre, al fin.

Hoy les quiero invitar a leer una publicación que salió ya hace unos años, en 2013. Se llama "Redefining agricultural yields: from tonnes to people nourished per hectare" (Redefiniendo el rendimiento agrícola: de toneladas a personas alimentadas por hectárea). Trata una parte del tema: cuánta caloría se produce por hectárea en diferentes partes del mundo, que realmente termina en el sistema alimentario? No ve la parte del gasto energético y de tiempo del comercio, o lo que se pierde o se echa a perder, pero de todas maneras es interesante.

Tiene algunas figuras muy didácticas, como la del inicio, que muestra la proporción de cada caloría producida que termina como alimento humano. Aquí hay otra estadística, que indica cuál parte de las calorías de algunos de los principales cultivos realmente se convierte en alimento humano:

La proporción de calorías de varios cultivos que se convierten en alimento humano.
En verde están las calorías comestibles, y en rojo las pérdidas debido a conversión a carne u otros usos (biodiesel, etc.)


Cassidy, E. S., P. C. West, J. S. Gerber, and J. A. Foley. 2013. Redefining agricultural yields: from tonnes to people nourished per hectare. Environmental Research Letters 8:034015.

González-Amaro, R. M., A. Martínez-Bernal, F. Basurto-Peña, and H. Vibrans. 2009. Crop and non-crop productivity in a traditional maize agroecosystem of the highland of Mexico. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine 5:38.

miércoles, 20 de enero de 2016

El Museo Nacional de Agricultura de la Universidad Autónoma Chapingo

Vivo en el municipio de Texcoco, muy cerca de la Universidad Autónoma Chapingo, y en ocasiones paso frente al edifico de Rectoría, que esta catalogado por el INAH y el INBA como monumento histórico y artístico, reconocido además como patrimonio cultural de la nación. En la foto de abajo ya podrán ver por que. Además de hermoso, el edificio alberga al Museo Nacional de Agricultura  que recientemente fue remodelado, así que decidí entrar para ver como quedo.


Museo Nacional de Agricultura. Foto de Luigi Guarino, via Wikipedia.
El concepto del museo es ilustrar distintas etapas de la agricultura en México mediante una colección de herramientas agrícolas, murales y artesanías.

Maíz/Identidad/Cultura- Mural de Alfredo Nieto Martínez 
La primera sala del museo está dedicada a la agricultura prehispánica en la cual uno de los aspectos más notables es el cultivo de alimentos en chinampas. El sistema de las chinampas consistía en cultivar sobre camellones de figura oblonga. Sobre las orillas de las chinampas se sembraban sauces (Salix bonplandiana), cuyas raíces son largas, hecho que aprovechaban los indígenas para tejerlas y sostenerlas con troncos, formando un entramado a manera de cesto que protegía las orillas de los camellones.

Maqueta de chinampas., elaborada por Miguel Ángel Martínez
Maqueta "La conquista".
Algunos utensilios y herramientas  relacionados con esta etapa histórica de la agricultura son: coas, palos plantadores, sembradores, y piscadores.

Sembradores: recipientes para transportar las semillas durante la siembra.

Coas y palo sembradores.
En la segunda sala se exhiben herramientas pertenecientes a la época colonial, pues los españoles iniciaron la introducción de nuevas especies cultivables, la tracción animal con bueyes, mulas y caballos, además de herramientas de acero y otros metales, y diferentes técnicas de cultivo.

Alambique para destilación. Técnica de origen árabe. 
Acocote, utilizado para extraer el agua miel por succión.
La tercera sala está dedicada casi exclusivamente a la cultura generada en torno al cultivo del agave y la obtención del pulque, bebida alcohólica tradicional de México que se elabora a partir de la fermentación del “aguamiel”  del  maguey pulquero (Agave salmiana).

Lo que Mesoamérica aportó y lo que a ella llegó. Mural de Ventura Cervantes Argueta.

Una de las salas más bonitas es la exhibición de utensilios elaborados a partir de fibras vegetales. Los objetos tejidos a partir de fibras vegetales fueron particularmente importantes en dos labores agrícolas: en la siembra, como depósito de semillas o en la cosecha.  No menos importantes son las barcinas, que se colocan en la trompa de los toros durante la labranza; las hondas para ahuyentar o cazar aves, así como la elaboración de cuerdas, cinturones y artesanías.

Coyunda tejida con ixtle, esta pieza se usa para uncir una yunta de bueyes.

Artesanía elaborada a partir de hojas de palma.
Finalmente, la sala que más me gusto es la dedicada a los personajes históricos, donde te puedes encontrar las representaciones de aquellos que jugaron un papel importante en la historia de México.

Personajes históricos
¿Adivinas quien es este famosisimo muralista?
El museo está ubicado en el kilómetro 38.5 de la carretera México - Texcoco. Chapingo, Estado de México. El horario de visita es de lunes a viernes de 9:00 a 15:00 horas, sábado y domingo de 10:00 a 17:00 horas. Puedes pedir informes a este número telefónico que pertenece a la Universidad Autónoma Chapingo: Tel (595)9521500.

Entrada al Munseo Nacional de Agricultura.
Así que ya sabes, puedes aprovechar de forma integral tu visita a la Universidad Autónoma Chapingo, asistiendo a los eventos culturales que ofrece en cartelera, visitando el Museo de Agricultura y la  Capilla Riveriana,que contiene varios murales de Diego Rivera y se encuentra a un lado del Museo.
Vista de la Calzada de los Agronomos Ilustres. Entrada de la Universidad Autónoma Chapingo.