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miércoles, 3 de abril de 2013

El olivo y México

Sabes cómo es una planta de olivo?

Mucha gente no está familiarizada con esta planta en nuestro país, a pesar de ser mencionada en la primer estrofa de nuestro himno nacional: “ciña oh patria tus sienes de oliva”. Esta alusión no es casualidad ya que esta simbólica planta tiene una larga historia en México y sobre todo en el Viejo Mundo.

Para identificar un olivo debes saber que pueden ser arbustos o árboles con un característico tronco grueso y retorcido Tienen copa ancha, sus hojas son opuestas, lanceoladas (con forma de lanza) y coriaceas (tienen consistencia similar al cuero) de color verde gris oscuro en la haz y pálidas en el envés.


Un olivo cerca de Lisboa, Portugal. Fuente: Wikipedia

Esta planta tiene un sistema de raíces muy desarrollado que le permite vivir en suelos poco profundos y bajo condiciones de aridez. Sus flores son pequeñas y blancas agrupadas en racimos, sus frutos son drupas verdes o negras en la maduréz que son conocidas como “aceitunas” de las que se extrae el valioso aceite de oliva. Un dato interesante es que estos árboles pueden vivir más de dos mil años.

Flores de olivo. Fuente: Wikipedia

Una drupa del árbol, mejor conocida como "aceituna", de la misma fuente

Pertenece a la familia Oleaceae y su nombre científico se escribe: Olea europaea L. y no Olea europea L. (les recuerdo esto porque es un error común incluso en textos científicos del tema).

De dónde viene el olivo?

A pesar que su nombre científico hace alusión a Europa, el olivo no es originario de ese territorio, sino que procede de una región geográfica que abarca desde el sur del Cáucaso hasta las altiplanicies de Irán. Se piensa que la especie silvestre conocida como “acebuche” (Olea europaea var. sylvestris (Mill.) Lehr) apareció en alguna parte de la cuenca mediterranea hacia el año 12000 a.C. Es posible que los primeros en cultivarlo fueran los sirios o los minoicos entre el 3500-2500 a.C.

Este árbol fue muy apreciado por los egipcios, judíos, cristianos y musulmanes por su aceite. El procesamiento (curtido) de la aceituna para comer inició en Grecia. Se explica de la siguiente manera: muchos olivos de esta región se encontraban a la orilla del mar, las aceitunas que caían en la arena pasaban meses en contacto con el agua de mar y se curtían de manera natural, así que los griegos sólo tenían que colectarlas de la playa.

Detalle de una ánfora griega del siglo VII a.C que muestra la recolección de aceitunas. Fuente: Sitio Sabor Artesano
Actualmente se cultiva en muchas partes del mundo y su producción se concentra en regiones ubicadas entre los 30° y 45° de latitud norte y sur, en zonas con climas de tipo mediterraneo caracterizados por un verano seco y caluroso e inviernos lluviosos.

De acuerdo con algunas estimaciones, en el mundo hay cerca de 1000 millones de olivos, en aproximadamente 10 millones de hectáreas, la gran mayoría son cultivados sin riego. El 98% se localiza en los países de la cuenca mediterránea, el 1.2% en el continente americano, 0.4% en Asia Oriental y otro 0.4% en Oceanía.

¿Cuál es la historia del olivo en México?

Los olivares fueron introducidos México en 1524 por misioneros franciscanos y jesuitas. En 1531 Fray Martín de Valencia estableció plantaciones en la zona de Tulyehualco, cerca de la actual Cuidad de México. Posteriormente se establecieron plantaciones en Texcoco, Chalco y más tarde en Jalisco, Baja California y Sonora en el siglo XVII, y más recientemente en Hidalgo (Valle del Mezquital) y Tamaulipas.

Fray Martín de Valencia, primer autoridad eclesiástica en la Nueva España llevó consigo plantas de olivo. Fuente: Comunión, órgano de la Diócesis de Querétaro


Durante la época colonial en México surgió una verdadera industria de procesamiento de la aceituna y la extracción del aceite, que eran productos muy codiciados entre los españoles. La proliferación de este cultivo fue tal en la Nueva España que la competencia de la producción española se vió comprometida y Carlos III expidió la Cédula Real del 17 de enero de 1774, en la que ordenaba a todos los virreyes no plantar viñedos, ni olivos en México. No conforme con esto, en 1777 expidió una nueva cédula ordenando la destrucción de todos los olivos existentes en estas tierras.

Una cédula similar a esta acabó con la industria del olivo en la Nueva España. Fuente: Wikipedia


Actualmente aún existen árboles de esa época que datan de los siglos XVI al XVII pero indudablemente, esta destrucción intencional influyó en el estancamiento del cultivo del olivo en la Nueva España y por consiguiente en el México actual.

Fue hasta 1975 que el gobierno mexicano retomó el impulso del cultivo extensivo del olivo. Para esto se publicó un estudio diagnóstico de la entonces Comisión Nacional de Fruticultura (CONAFRUT) que presentaba los requerimientos ecológicos y las zonas del país más adecuadas para este cultivo.

De acuerdo con el SIAP (Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera), actualmente la superficie plantada de olivo en México en el 2010 fue de 8928 ha, de las cuales 6817 se encontraban en etapa productiva y produjeron 27209 toneladas con un valor de 187.3 millones de pesos. Aunque conviene mencionar que la producción no es muy estable ya que en el año 2011 se cosechó menos de la cuarta parte de lo producido en 2010.

Lo bueno es que ahora podemos disfrutar productos nacionales de olivo de excelente calidad. Próximamente les compartiré el proceso de producción de aceitunas de mesa y de aceite, que llevan a cabo algunas empresas mexicanas.


Un campo de olivo en el Valle del Mezquital, Hidalgo



lunes, 30 de julio de 2012

Seminario de Botánica: cultivo de girasoles

El seminario de Botánica esta semana estará otra vez a cargo de un estudiante, Yasmani Arenas Julio, quien presentará un avance sobre sus investigaciones acerca del rendimiento del girasol (Helianthus annuus) bajo varias condiciones de manejo y de suelos. Por las obras en el Edificio de Aulas cambia el tiempo y el lugar: es al las 14.00 en el Edificio de Genética, Aula 1, 1 de agosto de 2012.
 

lunes, 7 de mayo de 2012

Palmas en peligro

De Laura Gabriela  Rodríguez Cortez

Las arecáceas o palmeras son un grupo de especies de gran importancia económica, tan grande que incluso en algunos países, buena parte de la economía está basada en estas plantas, especialmente el cocotero. En Cuba la palma real (Roystonea regia (Kunth) O.F. Cook) es considerada el árbol nacional. 

Cocos immaduros en la costa de Campeche.
Foto de H. Vibrans.

Las palmas son un grupo de monocotiledóneas. Su ambiente más favorable y donde se encuentran ampliamente distribuidas es en regiones tropicales y subtropicales. 

Entre las características más importantes destaca la ausencia de crecimiento secundario, es decir, no crecen en diámetro al madurar y no forman madera propiamente dicho. Lo que conocemos como tronco son las bases fibrosas de las hojas. Por dicha razón su diámetro es constante y no tiene ramificaciones.

Particularmente, hablaremos de la palma de coco o cocotero (Cocos nucifera L.), una de las plantas más importantes del trópico y que además tiene diferentes usos además del comestible. Se aprovecha prácticamente toda la planta. 

Sus hojas son utilizadas para el confeccionamiento de artesanías o artículos de uso común, como sombreros, bolsas, etc. También se emplean junto con los “troncos” para la construcción de casas en las zonas donde son abundantes. Por su belleza, estas plantas son utilizadas como ornamentales en patios de casa, jardines, plazas y vías públicas. 

Palmas con daño ocasionado por la presencia del ácaro Raoiella indica, ubicadas en vías públicas de Cancún, Quintana Roo
Fotografía José Ramírez
Sin embargo el producto más importante a nivel mundial es la copra (carne seca del fruto), de la cual se extrae el aceite de coco, útil para la elaboración de jabones, margarinas, manteca vegetal, perfumes, detergentes, como componente de cosméticos, medicamentos y pinturas. 

Además se obtienen una gran diversidad de productos secundarios como el agua de coco, carbón de coco, vino de coco, el coco rallado, fibra para elaboración de cuerdas y tapetes; además la “cáscara del coco” es útil para la elaboración de diversos utensilios como ceniceros, tazones, cucharas, jícaras y floreros, por mencionar algunos. 

En México, tenemos plantaciones muy importantes de estas plantas principalmente en la parte suroeste de la república. Al entrever la posibilidad de que sean afectadas por las diferentes causas naturales o inducidas, prenden las alarmas para evitar estos eventos. 

En el año 2009, en la península de Yucatán, exactamente en la ciudad de Cancún, Quintana Roo, y su isla vecina Isla Mujeres, se reporta la presencia de un ácaro que responde al nombre de Raoiella indica Hirst y cuya importancia radica en la capacidad de crear grandes colonias por su naturaleza partenogénica (no requiere fertilización), además de una reproducción sexual. Tiene como huésped potencial a la palma de coco de la que se alimenta hasta que finalmente la mata. 

Foto de Raoiella indica Hirst.  Tomada con la técnica de microscopia de barrido.
Fotografía José Ramírez

Los síntomas que presentan las palmas plagadas son el cambio de coloración en las hojas, las cuales pasan del color verde intenso a un color café-cobre, hasta que se secan y caen. Los síntomas comienzan como pequeñas manchas amarillas en el envés de las hojas, dónde los ácaros establecen sus colonias, tornándose después en manchas cloróticas más grandes. 

Hojas de Cocos nucifera L  infestadas por Raoiella indica Hirst.
Fotografía José Ramírez

Por tal razón diversos grupos de investigadores ya han comenzado a trabajar para conocer aspectos de esta plaga. Los intereses van desde la biología del organismo hasta el conocimiento de su nicho, pasando por sus asociaciones y el reconocimiento de los enemigos naturales que pudieran retrasar y contener a la plaga en su dispersión, minimizando los daños. De llegar a los puntos en donde se encuentran las grandes plantaciones, el impacto económico a las familias que dependen de estos cultivos se proyecta muy importante, como ha ocurrido en países como Cuba, y el sitio mismo de su origen, la India. 

El organismo federal responsable, el “Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria” (SENASICA), ha iniciado acciones paralelas a la labor de estos investigadores. Consisten en la determinación cuarentenaria de la plaga así como acciones encaminadas al reconocimiento de la especie y sus daños por parte de la población, así como labores de control químico. Desafortunadamente, el control químico hasta el momento ha demostrado poca efectividad, por la envergadura de las plantas que hacen difícil el acceso a las aplicaciones de agroquímicos. 

Solo queda esperar que el programa cumpla con las expectativas para el control de la plaga, en el contexto de una estrategia de manejo integrado. 

Literatura consultada 

Granados S.D. y G.F. López-Ríos. 2002. Manejo de la palma de coco (Cocos nucifera L.) en México. Revista Chapingo. Serie Ciencias Forestales y del Ambiente 8 (1): 39-48. 

Guevara O.L y D. Jáuregui. 2008. Anatomía floral de Cocos nucifera L. (Arecaceae, Arecoideae). Acta Botánica Venezolana 31(1): 35-48. 

Rodríguez H., A. Montoya y G. Flores-Galano. 2010. Conducta alimentaria de Amblyseius largoensis (MUMA) sobre Raoiella indica Hirst. Rev. Protección Veg. 25 (1): 26-30. 

Rodríguez H., A. Montoya y M. Ramos. 2007. Raoiella indica Hirst. (Acari: Tenuipalpidae): una amenaza para Cuba. Revista Protección Vegetal 22 (3): 142-153.