jueves, 7 de septiembre de 2017

Producir para ¿vender, comer o presumir?

Un error que cometemos los humanos cuando pensamos de grupos de gente ajenos - digamos, agricultores rurales o campesinos - es esperar que todos piensen igual. Y claro que esto no es cierto.

En Papua-Nueva Guinea tienen un sistema agrícola tradicional que mezcla setos con plantas anuales o perennes (como papas dulces o malanga) con otros cultivos mixtos que incluyen árboles. En la literatura son llamados huertos o "gardens".

Huerta en Papua-Nueva Guinea. Fuente: Papua New Guinea Business and Tourism
Un estudio reciente empleó un método que se llama "Q methodology" o métodología Q para investigar las actitudes de los horticultores hacía la diversidad en sus huertas. Este método consiste en presentar una serie de enunciados a los entrevistados, y pedirles que los ordenen de más a menos importantes para ellos; es un poco parecido a los listados libres muy usados en etnobiología, donde también se considera que las plantas mencionadas primero para algún uso son las que la gente tiene más presente y por lo tanto son las más importantes.

En este estudio exploran las actitudes relacionadas con producir para el mercado, el riesgo, las tradiciones, y la relación con los demás. Contiene enunciados como "Me gusta experimentar en mi jardín, cultivar nuevos cultivos o variedades"; "Cultivar muchos diferentes cultivos muestra que soy un buen horticultor", "En vez de cultivar todas las plantas que consumo, compro algunos en el mercado", "Me gusta mejor tener cultivos bonitos para regalar o usar en ceremonias, que tener más solo para comer"; "Tener más cultivos sería demasiado trabajo", etc.

Luego vieron en cuales enunciados había más diferencias, y usaron estos para formar grupos que tenían actitudes parecidas (existen métodos estadísticos que ayudan). Encontraron una gran diversidad. Y qué sorpresa - representan más o menos los tipos de personas que podemos encontrar en la vida diaria.

Representación de los datos obtenidos con la Metodología Q. A la izquierda se observan las preguntas en los cuales se observaron un consenso relativo, y a la izquierda aquellos donde había más diferencia. La clave para las preguntas se encuentra en el artículo.


Están primero los vendedores-consumidores. Tienen una orientación fuerte hacía el valor económico de sus cultivos. Consideran prioridad a los cultivos con buen precio, en contraste con las tradicionales, aunque tampoco es su única motivación.

En segundo lugar son los pragmáticos. Para ellos, la diversidad de cultivos sirve para tener una dieta diversa, y también aprecian la facilidad de preparación. Para ellos, es importante mantener opciones para el futuro, así que no les gusta necesariamente abandonar cultivares viejos por uno nuevo.

Al tercer grupo les pusieron el nombre de exhibicionistas - aunque me parece un poco dudoso poner un nombre con una carga negativa a la gente que le gusta hacer bien las cosas. Y de esto se trataba. Para ellos es importante la opinión de los demás, y consideran que un jardín abundante, bien mantenido y diverso es admirado.

Luego vienen los buscadores de novedad. Este grupo fácilmente deja a cultivares viejos, cuando llega uno nuevo y prometedor; no consideran a los viejos como una especie de seguro, como algunos de sus compañeros. No les importan tanto aspectos de prestigio, aunque les gusta tener una huerta atractiva. Sus huertos son muy dinámicos, dejan unas especies e introducen otras.

Finalmente vienen aquellos horticultores que solo cultivan como una actividad secundaria, o sea, viven principalmente de otro tipos de ingresos. Para ellos no son importantes consideraciones de novedad, estética, o conservación de cultivares viejos. Si bien obtienen la mayor parte de sus alimentos de sus huertas, son muy flexibles.

Pero, pueden leer el artículo; está disponible en Researchgate.


Nordhagen, S., Pascual, U., Drucker, A.G., 2017. Feeding the household, growing the business, or just showing off? Farmers’ motivations for crop diversity choices in Papua New Guinea. Ecological Economics 137, 99–109. doi:10.1016/j.ecolecon.2017.02.025


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