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miércoles, 15 de mayo de 2019

Chilitos de biznaga - Infancia y etnobotánica

Durante mi infancia, ir al pueblo donde creció mi abuela era un día muy esperado por tres razones: podía ver a mis adorados primos toda la tarde; recolectar chilitos de biznaga; y buscar pedernales lindos para llevar a casa (y olvidar que existen a la semana siguiente).

El antiguo molino de La Labor, Jerez, Zacatecas

¿A quién engaño? A mis primos los veía cada semana de cualquier forma, lo que en verdad me emocionaba era buscar rocas llamativas en los hormigueros y llenarme los puños de los deliciosos frutos de las redondas y espinosas biznagas que crecían en los mezquitales que rodeaban el rancho.

Aunque tienen forma de pequeños chiles, no tiene nada que ver con los chiles picantes que normalmente consumimos.

Imaginen esto: unos diez niños y niñas corriendo por el campo, esquivando las mortales espinas (suena dramático pero así parecían en ese entonces) de los nopales y huizaches. Todos buscando las apreciadas biznagas que solían crecer agrupadas bajo la sombra de algún mezquite. “¡No manchen, esta tiene bien muchos!” grita algún afortunado. Y así, con la ayuda de algún palito extraen, con precisión quirúrgica para no espinarse, los apreciados chilitos de biznaga.

Opuntia sp. o nopal en La Labor. Atrás se ven mezquites y huizaches.

Ahora que lo pienso bien, tiene mucho sentido el valor que le dábamos a este pequeño y a simple vista insignificante fruto. Después de todo era la versión en miniatura del amado y emblemático chile, pero en lugar de un picor insoportable (que extrañamente era irresistible para nuestros papás) contaba con un sutil sabor agridulce en una atractiva presentación rosado brillante. Esto junto con nuestro intrincado “ritual” de colecta le da un valor único que apenas ahora logré comprender.

Chilito de biznaga, se puede apreciar su diminuto tamaño y su brillante color rosado.

Después de buscar en la red un poco más sobre este fruto y su consumo, terminé decepcionado porque al parecer no es tan difundido ni extendido. Pero después de pensarlo mucho creo que comprendo las razones de esto, creo saber por qué, al menos en mi región, el consumo de chilitos de biznaga es algo limitado a nuestras memorias de la infancia.

Las biznagas de las cuales se puede consumir sus frutos son varias especies, para esta foto es Mammillaria heyderi.

Por un lado, no tienen un valor comercial grande. No son fuentes de algún producto derivado, son muy locales y producen muy pocas cantidades. La colecta es difícil. Las biznagas no crecen más de unas decenas de centímetros y la extracción tiene que ser cuidadosa por las espinas que encasillan a los frutos. Además, es mucho trabajo, en un par de horas en el campo con suerte logras colectar un par de puños de los diminutos chilitos. ¿Quién tiene el tiempo y energía para gastar en recolectar pequeñas cantidades de estos frutos?


Entonces, ¿Por qué los chilitos de biznaga son solo una memoria de la infancia? ¡Porque son una cosa de niños!


Otra lectura sobre los chilitos de biznaga y otras más sobre cactus:

miércoles, 8 de marzo de 2017

¿Quieres ser madre o padre? Comienza por una planta...

Cactus en adopción

Embellece tu vida, hazte compañía y participa en la conservación de la diversidad vegetal: ¡Adopta una planta en peligro de extinción!

El Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM resguarda cerca del 32% de las especies consideradas en algún criterio de riesgo según la Norma Oficial Mexicana 059. Sin embargo, esto no basta para garantizar la conservación de estas especies. Con el objetivo de sensibilizar a la sociedad de la importancia de la conservación de la diversidad vegetal, el Jardín Botánico en conjunto con la Asociación Amigos del Jardín Botánico del IB-UNAM ha establecido un Centro de Adopción de Plantas en riesgo de extinción en el invernadero de su Tienda Tigridia.

Tienda Tigridia en el Jardín Botánico de la UNAM
El Jardín custodia una de las colecciones de cactáceas y crasuláceas más importantes a nivel nacional y mundial. Una parte de estas especies son reproducidas en los nueve invernaderos del Centro y puestas a la venta. Los visitantes pueden volver a casa con una de las más de sesenta especies de cactáceas, crasuláceas, orquídeas, una especie de agave y una especie insectívora, que han sido propagadas a partir de técnicas de cultivo de tejidos vegetales o mediante métodos convencionales.

Cultivo de Trichocentrum carthagenense
En el momento de recibir una planta en peligro de extinción, los padres reciben un certificado de adopción y sus datos ingresan a una base de datos. Además, adquieren el compromiso de cuidar de su planta e informar al Jardín Botánico de su condición de salud.
"Hoy existen más de 12 mil padres adoptivos y más de 15 mil plantas adoptadas, además mantenemos contacto vía electrónica para saber cómo están sus plantas", informó Enrique Lozada, coordinador técnico del Centro de Adopción

Dirígete a este enlace si quieres saber más sobre ¿Cómo se adopta una planta? 

El Centro de Adopción está abierto al público de lunes a viernes de 10 a.m. a 4 p.m. y los sábados de 10 a.m. a 3 p.m. Este centro está cerrado en días festivos, semana santa y vacaciones de invierno.

Dirección:
Tercer Circuito Exterior S/N
Ciudad Universitaria Coyoacán
México, D.F. 04510

martes, 13 de diciembre de 2016

Expo-Cactus en Santa María la Ribera

Los Expo-Cactus y Expo-Orquídeas se están volviendo muy populares, y qué bien. Si tienen tiempo este fin de semana, viven en o cerca de la Ciudad de México y se quieren exponer al tráfico abrumador que hemos tenido, pueden visitar una Expo-Cactus en el kiosko del parquecito de la colonia Santa María la Ribera, cerca del centro. El nombre completo es Exposicion de Cactáceas y suculentas del corazón de México, y los organizadores son productores de estas plantas.

Hay venta, exhibición, conferencias y talleres. Pueden contactar a los organizadores a través de su página Facebook o el correo electrónico que se indica en el cartel.




miércoles, 26 de octubre de 2016

El Viejo Cactus, Hidalgo

¿Te gustan las cactáceas? Pues conozco un lugar que estoy segura te gustara. Se trata de la UMA El Viejo Cactus, la cual se encuentra ubicada en la localidad Las Pilas, en el Municipio de Metztitlán, Hidalgo, carretera México-Tampico, tramo Pachuca-Hidalgo, km 59, Metztitlan, Hidalgo; está antes de llegar al Puente de Venados.


El Viejo Cactus es una pequeña empresa que se fundó en el año 2004. Actualmente cuenta con cinco socios. Da empleo temporal a 20 personas. Y como su nombre lo indica se dedica a la producción de cactáceas. 


En el mundo existen alrededor de 1400 especies de cactáceas, de las cuales 669 son mexicanas y 518 especies son endémicas (restringidas a México). En nuestro país las podemos encontrar prácticamente en todo el territorio nacional. Sin embargo, las zonas desérticas y semidesérticas representadas por los desiertos de Sonora y Chihuahua, las Selvas Bajas Caducifolias y la zona de depresión del Balsas, contienen una gran número de cactáceas. El Valle de Tehuacan-Cuicatlán y la Barranca de Metztitlán son las zonas con mayor diversidad en el centro de México.



La producción de cactáceas es generalmente por semilla. Actualmente se esta probando la propagación por injertos debido a las ventajas que se obtienen con este tipo de propagación. Por ejemplo, las plantas que se obtienen son de mayor tamaño y presentan un rápido desarrollo en poco tiempo. 

Cactáceas reproducidas por injertos.
El sustrato que se utiliza para germinar la semilla es turba (peat-moss). La semilla tarda en germinar 15 días, más o menos. Cabe mencionar que se tiene un 80% de germinación. Las plántulas se dejan en las charolas alrededor de seis meses. Posteriormente se trasplantan a macetas con sustrato compuesto de 60% grava y 40% de materia orgánica hasta que estén listas para la venta. La producción anual es de 50,000 plantas.

Plantas madre para la obtención de semilla
Se venden los cactus en las instalaciones del invernadero, en el mercado local y también en algunos lugares de Puebla y de la Ciudad de México.


Garambullos

Cephalocereus senilis (Cactus el viejito)

Plantas suculentas
Así que la próxima vez que vayan a Hidalgo no olviden visitar El Viejo Cactus que además de comprar cactus, también hay cursos y talleres, otras actividades educativas y sobre todo conocer la importancia que tiene la conservación de las cactáceas.


Referencias

Jiménez, S. C. (2011). Las cactáceas mexicanas y los riesgos que enfrentan. Revista Digital Universitaria, 12(1), 3-22.

Cactus y biznagas (Cactaceae). (s.f.). Recuperado el 14 de abril de 2016 de http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/gran_familia/plantas/magnoliayMarg/cactaceas.html

miércoles, 17 de agosto de 2016

Acitrón

En México suelen consumirse una gran variedad de dulces elaborados de manera artesanal y que se basan en la cristalización con azúcar de frutos y semillas. Tal es el caso del acitrón, el cual es elaborado tradicionalmente a partir de una especie de cactácea llamada Echinocactus platyacanthus Link & Otto.

Acitrón

El proceso de elaboración del dulce es simple. Los pedazos se "tajean" del tamaño deseado y se ponen en agua por tres horas, después se sancochan por 15 minutos, para ser colocados en agua fría por poco tiempo. Posteriormente se ponen a hervir con azúcar refinada hasta que el almíbar se aclare, y se dejan reposar toda la noche. Al día siguiente se les añade más azúcar y se ponen a hervir hasta que la mezcla esté espumosa. Después se hace el "pamiz", que consiste en raspar con una cuchara el interior del recipiente, para que no se les haga costra y no queden pegajosos. Por último éstos se colocan en un bastidor y listo tenemos un delicioso dulce.

Este Echinocactus es una especie endémica de México y se distribuye en los estados de San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, Puebla y Oaxaca. Se caracteriza por ser una especie globosa. Su crecimiento es muy lento y su tamaño: las plantas adultas pueden llegar a medir hasta 3 metros de alto, y de 40 a 80 cm de diámetro. Sus costillas son gruesas y duras y la planta presenta flores diurnas de color amarillo.

Distribución de Echinocactus platyacanthus

Dicha especie ha sido importante desde tiempos prehispánicos. Se han hallado sus restos en excavaciones que datan de 6,500 años A.C. en cuevas de Tehuacán, Puebla. Los aztecas nombraban a esta planta “teocomitl” o “huitznáhuac”. La palabra “comitl” significa olla y “teo” significa divino - su utilizaba como altar para sacrificios humanos. La palabra “huitznáhuac” se deriva de “huitzi” espina y “náhuac”, es decir, “rodeado de espinas”. Los españoles luego en el Siglo XVI escribieron la palabra como vitzinahuac, que luego se cambió a visnaga o biznaga.

 
Echinocactus platyacantha
(foto: Amante Darmanin, Wikipedia, CC-A2)
Desafortunadamente en la actualidad es una especie que ha vuelto más escasa (NOM-059-ECOL-2010), por lo que su uso para la elaboración del acitrón ha quedado prohibida. Esto representa una pérdida de ingresos para quienes se dedicaban a la producción de dicho dulce, y no sólo a ellos, sino a quienes utilizaban también este recurso como parte de la elaboración de su productos. Un ejemplo son los panaderos quienes incluyen en sus recetas dicho dulce sobre todo en los meses de enero y febrero cuando se suele utilizar como adorno en las roscas de reyes y como relleno de tamales. 


La industria panificadora ha tenido que recurrir a otras alternativas, por lo que actualmente intenta utilizar frutas como la papaya, chayote o la jícama y betabel para sustituir dicho producto (Alarcón y Arzate, 2011), sin embargo ¿Qué pasa con las personas que dependían directamente de la producción de dulces a base de dicha especie?


Existen algunos estudios sobre su propagación. Pero, se sabe que la reproducción asexual de esta cactácea es muy difícil ya que prácticamente no produce brotes; sin embargo, es posible inducir una brotación redituable en ejemplares muy jóvenes (menores a 10 cm), con una posterior separación y enraizamiento de los brotes. También se ha trabajado en el desarrollo de métodos para su germinación in vitro e incluso en el uso de microorganismos para la germinación de sus semillas (Castillo-Reyes et al., 2014) sin embargo no se ha logrado una producción a gran escala.

Citas y bibliografía recomendada:

Castillo-Reyes, F., Sánchez, J., Rangel, S., y Canul Ku, J. 2014. Efecto de microorganismos en la promocion de la germinación de semillas de la cactacea Echinocactus platyacanthus Link & Otto. Interciencia 39(12): 863–867. 


Jiménez-Sierra, C., Mandujano, M., y Eguiarte, L. 2007. Are populations of the candy barrel cactus (Echinocactus platyacanthus) in the desert of Tehuacán, Mexico at risk? Population projection matrix and life table response analysis. Biological Conservation, 135(2):278–292. 


Alarcón, C. y Arzate, L. 2011. Elaboración de productos vegetales cristalizados como potenciales sustitutos del acitrón. Tesis. Repositorio del Claustro de Sor Juana.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Viaje a la Huasteca Hidalguense (parte 1)

Rumbo a la Huasteca, paisajes de Hidalgo

Era una fría mañana de marzo de esta año, el viento mecía las ramas de los árboles cuando abordamos la unidad que nos llevaría la Huasteca Hidalguense, todos con frío, imaginábamos que el viaje sería un poco peligroso. Para algunos estudiantes de las materias de Botánica Económica y Etnobotánica del Colegio de Postgraduados, el lugar al que iríamos era desconocido, pocas veces habían escuchado del lugar, pero aun así, la emoción de conocer nuevos caminos y paisajes, era tan grande que la alegría se sentía en el vehículo.

Vehículo en el que viajaríamos a la Huasteca
El primer tramo fue un poco largo, salir de Texcoco, tomar la carretera hacia Calpulalpan, seguir de frente, desviarnos hacia Pachuca, para al final tomar la desviación del corredor turístico de la Montaña que nos conducía hacia nuestro primer destino: El bosque del Hiloche en Real del Monte.

Rumbo a Pachuca, al fondo se observa el Acueducto del Padre Tembleque
La vegetación era maravillosa, había una mezcla de majestuosos encinos (Quercus glabrescens, Quercus mexicana, Quercus rugosa), pinos (Pinus patula, Pinus teocote) y Cupressus (Cupressus lusitanica) principalmente.

Encino en el bosque del Hiloche
Árboles de Cupressus
Admirados y con frío, veíamos los efectos del fuerte viento que había ocurrido durante los últimos días y que había afectado varias regiones del centro de México, en el bosque se observaban ramas caídas, troncos tirados y bastante hojarasca aún fresca que cubría el sotobosque.

Ramas de encino tiradas por el viento
La gente del lugar aprovechaba para cortar las ramas que les servirían para prender el fuego, mientras que algunos se preocupaban por los daños ocasionados en algunas casas y vehículos que se habían visto afectados por la caída de los árboles, por lo que debido a la tensión del momento, decidimos seguir nuestro camino.

Señora recogiendo ramitas al lado del vehículo dañado por la caída de un árbol
El siguiente punto a visitar fue la Reserva de la Biosfera de la Barranca de Metztitlán, donde a la orilla de la carretera apreciamos la inmensidad del sitio, laderas cubiertas de matorrales donde se podían ver garambullos floreciendo (Myrtillocactus geometrizans), candelabros (Stenocereus dumortieri), acacias (Acacia spp.), nopales (Opuntia sp.) copales (Bursera spp.) e izotes (Yucca filifera) creciendo.

Vista de la Barranca de Meztitlán, se pueden apreciar los candelabros, izotes, nopales, copales, etc.
Más adelante, visitamos una UMA (Unidad de Manejo Ambiental) llamada El Viejo Cactus, donde se aprovechan las especies de cactáceas que hay en la región, en especial de los llamados viejitos (Cephalocereus senilis), los cuales son reproducidos para su venta y así evitar su depredación.

Encargado de la UMA El viejo cactus dando una explicación del proceso de reproducción
Plantas jóvenes de los cactus llamados viejitos
Al proseguir nuestro camino, el frío había desaparecido completamente y se dejaba sentir el calor agobiante, así que decidimos detenernos en las famosas nieves artesanales Metzt, además de que observamos los productos de la zona como la nuez, la miel, frijol, licores de frutas, conservas, y dulces típicos.

Probando las tradicionales nieves de Metzt
En este punto ya se hacía notar la presencia de la Huasteca, debido a que en los puestos vendían licores de capulines, de jobo (Spondias mombin) y de vainilla (Vanilla planifolia), chiltepines (Capsicum annum) en conserva y miel espesa y obscura.

Venta de licores, conservas, miel, nueces, frijoles y aguacates
La venta de estos productos se lleva a la orilla de la carretera por lo que se pudo observar los terrenos de cultivo  recién labrados y listos para la siembra de maíz o frijol. A su lado, hay enormes nogales que sirven para delimitar las parcelas y poder vender la nuez que se cosecha.

Nogales (Juglans regia) delimitando los terrenos para siembra
Después de refrescarnos un poco, procedimos nuestro camino, y nos paramos brevemente en el pueblo de San Agustín Mezquititlán, donde se observó el tipo de construcción de las casas y el reloj monumental, típico de varios municipios de Hidalgo.

Reloj monumental de San Agustín Mezquititlán
Más adelante, la vegetación había cambiado, aún quedaban algunos huizaches pero la presencia de pinos mostraba que habíamos dejado atrás los matorrales espinosos de Meztitlán y entrabamos a los bosques templados de Zacualtipán.

Pinos, huizaches y nopales
Durante el trayecto, las serranías y paisajes iban cambiando, de los bosques de pino de Zacualtipán, a los bosques mesófilos de montaña que se empezaban a apreciar en Molango. En Ixtlahuaco, apreciamos un poco la vegetación de un potrero, donde había encinos cubiertos de helechos, algunas bromelias (Tillandsia sp.) e incluso una orquídea que parecía ser del género Epidendrum, plantas típicas de los bosques húmedos.

Encino cubierto de helechos y bromelias
Relictos del Bosque mesófilo de montaña en Ixtlahuaco
Como la noche se acercaba, decidimos pernoctar en Tlanchinol, donde cenamos apropiadamente unas quesadillas de pemuche (son flores de Erythrina sp.). A la mañana siguiente, con las primeras luces del sol, se podía apreciar el paisaje de montañas y las hermosas construcciones del lugar.

Hermosa vista de las montañas en Tlanchinol
Con estas bellezas en nuestra cabeza, decidimos proseguimos el viaje con rumbo a la Huasteca Hidalguense que se encontraba justo después de Tlanchinol.

viernes, 30 de enero de 2015

Bombitas - algo que no conocías del nopal

Cuando voy a la plaza de los días domingos en Atlacomulco, Estado de México, suelo pasar cerca de los puestos de las señoras que venden comida porque siempre tienen algo nuevo, rico y barato para probar, como son las bombitas.

En algunos pueblos de Atlacomulco, el nombre común "bombita" o "bombitas" se utiliza para denominar la flor más pericarpelo (en la tuna madura es la cascara) de Opuntia sp. (Figura 1).

Figura 1. Flor más pericarpelo de Opuntia sp.

La siguiente receta tradicional, hecha con bombitas en lugar del cladodio o penca de Opuntia sp., puede ser una solución viable, rica y barata para la época de sequia, particularmente de cuaresma o semana Santa:

Ingredientes (para 8 porciones)

  • 20 Flores más pericarpelo de nopal (deben ser flores no abiertas, porque las flores abiertas probablemente fueron polinizadas). Estas estructuras se ven en la parte inferior derecha de la Figura 1.
  • 250 gr de charal (pez chico y deshidratado o seco)
  • 500 gr de papas
  • 250 gr de chile chilaca
  • 20 gr de cebolla o al gusto.
  • Sal
  • Aceite

Material

  • Cuchillo
  • Tabla
  • Coladera
  • Licuadora o metate
  • Cuchara
  • Comal
  • Sartén o cazuela

Método

1. Preparación de ingredientes (son cinco pasos):
  • Quitar los ajuates, guates o ahuates (espinas pequeñas) de las flores. Posteriormente, limpiarlas con un cuchillo y cortarlas longitudinalmente (Figura 2, 3 y 4).


Figura 2. Una forma de pelar las bombitas.


Figura 3. Bombitas peladas.


Figura 4. Bombitas cortadas longitudinalmente.

  • Cocer las flores cortadas en agua durante 30 minutos y después colarlas.

  • Lavar las papas y cocerlas en agua hasta hervir. Pelar las papas, es decir, retirar la epidermis o cuerito de estos tubérculos y luego cortarlas en cubos (el tamaño usted lo decide).

  • Lavar el chile chilaca y dejarlo hervir durante 10 minutos. Transcurrido el tiempo, con mucho cuidado colar el chile para molerlo con la cebolla.

  • Tostar los charales en un comal durante 5-10 minutos, evite quemarlos, y después quitarles la cabeza y la parte más oscura (aparato digestivo) (Figura 5 y 6).


Figura 5. Charal tostado.


Figura 6. Partes del charal que se retiran.


2. En un sartén o cazuela freír el chile molido, el aceite empleado debe dejarse cocer antes de agregar el chile.

3. Al chile se le agrega medio litro de agua, las flores de nopal cocidas, charal, papas y sal al gusto. Esta mezcla se deja hervir durante 30 minutos.

Además de alimentar el cuerpo (Figura 7), también es necesario alimentar la mente con la siguiente frase de San Francisco de Asís:

 "Empieza por hacer lo necesario, luego lo que es posible, y de pronto te encontrarás haciendo lo imposible"

Figura 7. Bombitas con papas y charal

¡Buen provecho!


Nota: Si lo prefiere, puede consumir unicamente las bombitas hervidas con sal.


martes, 7 de octubre de 2014

Día de las cactáceas 2014


 Ni sabía que existe - pero parece que este año se festejarán las plantas más emblemáticas de México. Las cactáceas tienen su día el 10 de octubre.

En la Avenida Reforma del Distrito Federal habrá una exposición con ventas y varias otras actividades, de viernes 10 a domingo 12 de octubre de 2014.