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martes, 9 de agosto de 2016

“Tenemos que enseñar que tienen que trabajar”

Los trabajos invisibles, pero necesarias, que
son parte de la economía informal:
preparar alimentos y ...
Esto fue el título de un artículo en el periódico Reforma, que reportó una entrevista con Nuvia Mayorga, Titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)(se reproduce abajo). Cabe mencionar que la entrevista es de 2014; me acabo de enterar. El contexto era el siguiente:
Pregunta: ¿Cuál es el principal proyecto de la CDI? 
Respuesta: Proyectos productivos supervisados. Si no los supervisas, les das el dinero, compran 50 borregas y a lo mejor se las reparten o se las comen en los 15 años de la hija, o en la boda del hijo, o a lo mejor van a tener para comer seis meses. Les tenemos que enseñar que tienen que trabajar (énfasis mía). El sacar la marginación es de los tres niveles de Gobierno, pero nos tiene que ayudar la población a ser productivos. 

Los proyectos productivos es el reto prioritario, a través de la supervisión, de la capacitación, del asesoramiento, para que los dejen madurar y dejen que crezcan los proyectos productivos para que tengan un ingreso. 

Estos pronunciamientos fueron denunciados inmediatamente desde varios sectores, como clasistas y racistas. Sí lo son, pero creo que hay que analizar seriamente las ideas detrás de tal pronunciamiento, ya que son muy comunes en los círculos urbanos, incluso entre gente bien intencionada. Son el resultado de la tendencia muy humana de considerarse a sí mismo como el centro del universo, un ejemplo de “lo normal” y con los valores/juicios correctos.

Hay otro fondo común para estas falacias: la idea de que la economía oficial, la del dinero, es la única que cuenta y que puede o debe motivar a las personas, y por lo tanto debe ser el enfoque de las políticas públicas.

A todos los estudiantes de economía les dicen al inicio de sus estudios que existe todo un mundo de trabajo y producción no remunerado allá afuera, pero que no se incluye en las cuentas, modelos y predicciones económicas formales: el trabajo en casa y con los niños o enfermos, la autoproducción y autoconstrucción, la agricultura de subsistencia y los negocios informales (más la economía criminal). Se denomina la economía informal o de sombra.
... lavar traste. En este caso unos alumnos
en una salida de campo.

Los estudiantes lo oyen al principio, pero luego la enseñanza procede a enfocarse en la economía
formal, principalmente porque para ésta existen datos y para la de economía de sombra son muy difíciles de conseguir, a tal grado que luego se les olvida ésta otra economía.

Dado que los productos y servicios producidos en esta parte de la vida humana valen tanto o más que la formal, es lógico que en la interfase entre los dos se produzcan distorsiones, malos entendidos y malas predicciones.

Vamos a ver algunas de los supuestos que se pueden identificar en la respuesta de la funcionaria:

1. Los pobres son pobres porque no trabajan lo suficiente (i.e. son flojos). 


Esta idea es fácilmente desmentible tanto por datos, como por la experiencia de cualquiera que haya vivido en el campo o convivido con campesinos. Sí es cierto que los ritmos del trabajo a menudo son un poco más lentos en el campo y que se hacen pausas (como debe ser). Los trabajos no son distribuidos tan parejos a lo largo del año como el trabajo de oficina o fábrica – hay tiempos con actividad muy intensa, y otros con menor intensidad. Quien tiene animales, tiene que atenderlos todos los días – tiene que trabajar los fines de semana y difícilmente puede salir unos días.
Tomando un descanso merecido

También hay que tomar en cuenta que muchas actividades necesarias, que en la ciudad son cosa de 1-2 horas, como ir a comprar ropa o al médico o a hacer algún trámite, se complican por el tiempo requerido para el traslado. Y el trabajo de casa requiere más tiempo, hay que producir tres comidas al día, no hay comedor ni cafetería.

Así, la gente está ocupada todo el día. Entonces, es lógico que no les gusta invertir esfuerzo, tiempo y dinero en propuestas de los técnicos, que la gente rural sabe por experiencia que muchas veces se basan en cuentas alegres, no contemplan los riesgos de fracaso y a menudo carecen, por ejemplo, de una salida comercial viable para lo que producen.

Es posible que el enunciado de la funcionaria más bien tenía otro sentido (pero lo dijo mal o el periodista lo omitió para tener un mejor título): “Tenemos que enseñar que tienen que trabajar”… en la economía formal, con una mente de “emprendedor”. Sin embargo, esto no siempre es una alternativa o no es conveniente para el individuo, como vamos a ver más adelante.

2. La población indígena no es productiva.

Una sopa hecha con productos de la producción propia:
ejotes, jitomate, chile, cebolla, ajo, como condimento
cebollín chino y cilantro tropical (Eryngium);
solo la carne se compró en este caso.

La gente rural pobre e indígena sí produce – nada más que es en la economía informal. Y si bien ésta no cuenta oficialmente, sí cuenta para la gente. Si voy a tener un ingreso monetario formal, pero éste me vale menos que lo que hubiera podido hacer en este tiempo para mi economía informal, pues no me conviene.

Está relacionada la siguiente idea:

3. Salir de la marginación significa tener ingresos monetarios.

Esta noción descuenta la importancia de la economía de autosuficiencia erróneamente. También tiene que ver con la idea generalizada de que la buena vida y el ingreso monetario estan cercanamente emparentados. Sí hay cierta relación – el dinero te compra alternativas – pero la relación no es tan cercana en esta interfase de la economía formal y las formas de vida basadas en la autosuficiencia. Se sabe empíricamente que la calidad de las relaciones sociales son por lo menos sicológicamente tan importantes como los ingresos monetarios (suponiendo que uno tiene suficiente comida y cobijo).

4. Hay que comportarse como un rico para ser rico

Esta es una de las falacias más comunes. Para un pobre rural seguir el patrón de comportamiento de un rico o de un habitante urbano es una receta para el fracaso, por muchas razones. Voy a explicar dos de ellas.

a) Las redes de apoyo de emergencias que son absolutamente necesarias para la vida humana son muy diferentes entre un pobre rural y un rico u oficinista urbano. Para un pobre las redes de apoyo generalmente descansan en su red social y las relaciones que tiene con otra gente que le van a ayudar en el caso de emergencias. Por esto, comprar borregas con apoyo oficial y ofrecerlas en una boda o una fiesta de quince años puede ser visto como una inversión, no un desperdicio.

La red de apoyo para un rico y la población urbana son los ahorros, los seguros y los sistemas de seguro social del gobierno, si existen, así que se puede comportar en una forma mucho más individualista. Transitar de una condición a la otra es muy riesgoso y difícil, y el individuo no lo emprende hasta que esté seguro de que va a funcionar (o cuando está joven y sin responsabilidades, con la posibilidad de “regresar al pueblo”).

No necesariamente vale la pena la inversión en un tractor.
b) Hay una diferencia muy marcada en el valor relativo del dinero (el valor marginal, como lo dicen los economistas) entre pobres y ricos. Para invertir 100 pesos, es una diferencia muy fuerte para ti y para tu calidad de vida, si tienes un ingreso mensual de 1000 pesos o de 10,000 pesos. En el primer caso solo vas a hacer la inversión si estás seguro que vas a ganar, y que haya una ganancia fuerte. Se sabe de la literatura empírica que en el momento en el que una inversión afecte tu vida (o sea, tendrías que bajar el nivel), la gente sólo lo hace por ganancias anuales (tasa de descuento) de 50-100%. En el segundo caso, a menudo es suficiente una posible ganancia de 10-15 % para animarte a hacerlo, a pesar de posibles riesgos.

La mayoría de los proyectos productivos y agrícolas implican riesgos altos (plagas y enfermedades, catástrofes naturales e incendios, robos, colapso de precios), así que se entiende que tasas de retorno de 10-20 % (sin contemplar los riesgos), que ofrecen muchos proyectos promovidos oficialmente, no van a parecer atractivo.

Con este efecto se explica (pero no disculpa) la actitud paternalista:

2. Los indígenas no saben qué es bueno para ellos y tienen que ser supervisados para que no desperdicien recursos (pero yo, gobierno/persona urbana/ONG sí sé lo que les conviene).

Esto contradice todo lo que se puede aprender interactuando con poblaciones indígenas y rurales. La gente sabe muy bien lo que hace.

Una innovación reciente que se extendió rápidamente
fue la producción de alebrijes en Oaxaca. Estos
son unos ejemplos gigantes.
Inovaciones que realmente convienen se extienden rápidamente. En cada pueblo hay personas que están muy atentas a novedades, y experimentan continuamente. La demás gente nada más tiene que ver que un vecino o pariente tenga innovaciones exitosas o que sirvan para que también lo hagan. En el trabajo de mis alumnos hemos visto numerosos ejemplos de la introducción de nuevas especies útiles, técnicas agrícolas o productivas, que se extienden con alta velocidad sin ningún apoyo oficial. Esto es lógico y así funcionamos tod@s, gente urbana o rural.

Esto no quiere decir que ofrecer información, talleres y capacitación está mal. Está muy bien. A menudo la gente sí aprende algo útil para ellos o lo adaptan. Pero debe ser esto, una oferta, no una extorsión, ligando la adopción a apoyos o “supervisión”. Si realmente conviene, la gente lo hace. Si no, es por algo.

Entonces, quien debe ser criticado por fracasos de proyectos de desarrollo no son los “beneficiarios” a los que no les servía lo que se les ofreció, por la razón que sea, sino a quien les quiso imponer algo que no necesitaban o que no funcionaba y de paso malgastó el dinero de los impuestos.

Y gracias por sus comentarios a Alfredo, Jan, Yaredi y María.

lunes, 4 de julio de 2016

El conocimiento tradicional como sistema de clasificación de tierras

Producción en chinampas. San Gregorio Atlapulco. México.

Durante años colaboré con productores chinamperos del poblado de Xochimilco. El pueblo tiene importancia a nivel internacional debido al cultivo en chinampas, patrimonio intangible de la humanidad de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Pero, la mayor producción en sistema de chinampas proviene de los campesinos del pueblo de San Gregorio Atlapulco que se dedican a la producción de hortalizas. Ellos heredaron de sus antepasados los secretos de la tierra y el mejoramiento de sus propiedades físicas, químicas y biológicas con base en sus propias características.

Durante el tiempo que recorrí la zona lacustre y los pueblos aledaños, los campesinos me enseñaron las formas y técnicas empleadas en la chinampería; a hacer almácigos, dragar lodo para fertilizar el suelo y a reconocer los grados de deterioro salino (ensalitramiento) de cada parcela. Este conjunto de técnicas son resultado de cientos de años de experimentación, lo que los llevó a desarrollar un profundo conocimiento de la técnica de construcción de las chinampas y del mantenimiento de las mismas.

Así como los pobladores de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco, los campesinos y productores de todo el mundo heredaron de sus antepasados los conocimientos necesarios para el cuidado y el aprovechamiento sustentable del suelo. Han experimentado de manera directa para mejorar os rendimientos de sus parcelas, milpas o tierras y disminuir el riesgo de pérdida.

De esta manera, desde antes de la revolución del neolítico los seres humanos observaron con gran interés a la naturaleza y pusieron atención en el crecimiento de las plantas. En el neolítico aprendieron a plantar semillas, regarlas, abonarlas y controlar sy crecimiento y producción, Para ser exitoso el ser humano, tuvo necesidad de conocer el suelo en el que producía sus alimentos, entender sus propiedades y la relación que guardan las diferentes clases de suelos con los cultivos.

Suelo productivo con problemas de salinidad.

El conocimiento del suelo se volvió mas detallado con el tiempo, diferenciándolo en clases y asociándolos a diferentes tipos de usos (agrícola, ganadero y forestal). Entonces, no es extraño que se les identificara como bueno o malo, según su utilidad y manejo. Con el tiempo, el conocimiento empírico de los suelos se fue enriqueciendo hasta constituir un importante valor socio cultural y económico para cada comunidad.

Suelo calizo y vegetación de matorral xerófilo. Zapotitlán de las Salinas. Puebla.
Suelo Vertisol, muy arcilloso en selva baja caducifolia. Izúcar de Matamoros. Morelos.

Indígenas y campesinos en México y otras partes del mundo dan a los diferentes suelos denominaciones en su lengua materna o en términos locales o regionales, y tienen conocimientos asociados a ellos.

La etnoedafología estudia estos conocimientos que los productores poseen sobre el recurso suelo. Entre los principales criterios de clasificación de suelo están color, textura, contenido de materia orgánica, drenaje, salinidad, profundidad, pedregosidad, topografía, tipo de suelo, capacidad productiva, ambiente, erosión, manejo y fertilidad. Estos factores se han estudiado en varias comunidades e idiomas como el maya yucateco, maya tsoltzil, náhuatl, purépecha y otomí.

También existen otras expresiones en las que intervienen otros indicadores, por ejempleo en maya yucateco tsekel denota a una tierra muy pedregosa, tierra mala para sembrar; yaaxhom, tierra fértil, sitio siempre verde, hondonada rodeada de lomas; tok, sabana, sitio quemado anualmente, terreno plano inundable temporalmente; akalché, tierras pantanosas e inundables en los bajos; kacab, lugar en donde hay ruinas mayas, tierra buena para el maíz, tabaco, algodón y legumbres. En maya tsotzil sakxik lum, suelo gris, es formado con la mezcla de residuos orgánicos, y en purépecha echeri terenda, suelo de pudrición, es usado para abono de los solares y forestales; echeri atzimu significa suelo inundado.

A continuación se enlista una serie de denominaciones de suelos respecto a su textura y color.

Fuente: Pool Novelo et al., 2015
En la actualidad entender y utilizar los saberes de las poblaciones rurales respecto a los suelos, ha mostrado un impacto positivo en el desarrollo de tecnologías para su manejo y fertilidad. Esto aplica todavía más si se incluye a la población local en la incorporación y adaptación de nuevas tecnologías de producción de alimentos así como en su validación.

Así mismo, resulta fundamental rescatar y registrar estos conocimientos con apoyo de los productores indígenas de México,con quienes se requiere establecer comunicación en sus lenguas maternas. Es ineludible que este conocimiento basado en una filosofía de coadyuvar con la naturaleza de manera armoniosa, contribuirá con las investigaciones científicas para aprovechar los recursos naturales de una mejor manera.


Referencias

Rojas Rabielas, T. 1993. La agricultura chinampera. Universidad Autónoma Chapingo, Chapingo. 363 p.
Ortiz Solorio, C. A. y Ma. del C. Gutiérrez Castorena. 1999. Evaluación taxonómica de sistemas locales de clasificación de tierras. Terra 17(4): 277-284.
Pool Novelo, L., D. J. Álvarez Solís y J. Mendoza Vega. 2015. Dime como te llamas y te diré qué suelo eres. Ecofronteras 19(55): 6-9.

lunes, 23 de mayo de 2016

¿Cómo se conservan las semillas en algunas zonas campesinas de Colombia? Pues ... vía redes sociales...

¿Se imaginan 122 cultivares nativos de papa diferentes? Esta fue la cantidad de cultivares nativos de papa que encontré en el municipio de Cumbal, Nariño, al suroccidente de Colombia. Pero, ¿Cómo hacen los campesinos para tener y conservar todos estos diferentes tipos, no solo de papas, sino también de oca, ullucos e incluso habas? Esto me fascinó y tuve la suerte de hacer mi tesis de maestría en esta región. Encontré lo importante que son las redes sociales … pero las reales, no las virtuales.

Cultivares nativos de papa en Cumbal, Nariño, Colombia
 
Les explico.

En las áreas rurales del municipio de Cumbal, Nariño, Colombia las comunidades campesinas conservan los cultivares nativos y tienen muy arraigadas las prácticas tradicionales de uso y manejo en los huertos familiares. Sin embargo, uno no siempre tiene todas las semillas o propágulos que quiere sembrar. Entonces, ¿cómo las consiguen los campesinos?

Huerto familiar típico en Cumbal

Para mi tesis de maestría quise saber si existía el intercambio de semillas y cómo estaba organizado. Lo que encontré fue una verdadera red social de intercambio. Les voy a presentar un diagrama de su estructura y explicaré el aporte de esta red a la conservación de los cultivares nativos sembrados en los huertos familiares de los agricultores de la zona.

Para obtener la información, entrevisté a 77 agricultores. En las conversaciones les pregunté si intercambiaban semillas; 75 dijeron que sí. Les pregunté cuáles eran las semillas que más intercambiaban, quiénes eran las personas a las que alguna vez les habían regalado semillas y de quiénes habían recibido semillas alguna vez.

Con la información obtenida supe cuántos agricultores conforman la red. Para dibujar la estructura de la red y calcular sus medidas utilicé un programa llamado NodeXL. Una de las medidas de la red que estimé fue el Grado de intermediación. Esta medida muestra cuándo una persona actúa como intermediaria entre otras dos personas y la importancia de cada persona que se conecta a su red personal (no es lo mismo tener como contacto al presidente de la república que a una persona del común). También consideré el Grado de Centralidad que tenía cada persona, es decir, el número total de conexiones que tiene cada agricultor. Éstas medidas me dijeron cuáles son los agricultores más destacados o populares dentro de la red.

Entre los cultivares que más se intercambian dentro de la red se encuentran la papa (Solanum tuberosum L.), el haba (Vicia faba L.), el ulluco (Ullucus tuberosus Caldas), la oca (Oxalis tuberosa Molina), la arracacha (Arracacia xanthorrhiza Bancr.), las hortalizas, la quinua (Chenopodium quinoa Willd.) y la majua (Tropaeolum tuberosum Ruiz & Pav.). Estos cultivares a su vez, son muy importantes en la alimentación de los agricultores, y se preparan variados platos típicos con ellos.

En el siguiente gráfico podemos observar la red de intercambio de semillas con los 377 agricultores de la comunidad mencionados durante las entrevistas. Cada nodo o esfera representa a una persona. El color representa el área administrativa (vereda, que es una subdivisión de un municipio, algo parecido a ranchería) a la que pertenece cada agricultor. Las esferas grandes representan a los agricultores más destacados según el número de vínculos establecidos con otras personas y el grado de intermediación; las flechas indican la relación “dador – receptor”.

Generalmente, los intercambios ocurren con mayor frecuencia entre las personas de la misma vereda o veredas cercanas y están muy presentes entre las personas que pertenecen a una misma familia. Por ejemplo, cuando una pareja se casa, entre los regalos que recibe se encuentran las semillas o propágulos. Pero, también existe un grado notable e importante de intercambio entre diferentes localidades.


Figura1. Red de intercambio de semillas en Cumbal, Nariño. Los nodos o puntos corresponden a los 377 agricultores que conforman la red de intercambio de semillas; el tamaño de cada nodo está determinado por el Grado de intermediación y el Grado de Centralidad, y el color representa la vereda o área administrativa a la que pertenece cada agricultor. Las flechas indican la dirección de la nominación. Para ver la imágen más grande hacer click sobre ella.


El análisis de las redes sociales de intercambio de semillas me permitió observar cómo los agricultores comparten sus semillas y cuáles son los que más intercambian. Los agricultores más activos dentro de la red son muy importantes en la conservación de los cultivares nativos, la transmisión del conocimiento tradicional y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria de sus familias. Además, éstas personas son claves para la formulación y el desarrollo de proyectos de conservación y difusión de las semillas nativas y la creación de alternativas para su comercialización.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alcaldía municipal de Cumbal, Nariño. Plan de Desarrollo Municipal Cumbal: “Vida, Cultura y Dignidad por siempre” 2008-2011.

Smith, M., B. Shneiderman, N. Milic-Frayling, E.M. Rodrigues, V. Barash, C. Dunne,T. Capone, A. Perer y E. Gleave. 2009. Analyzing (social media) networks with NodeXL. In C&T '09: Proceedings of the Fourth International Conference on Communities and Technologies. Springer, New York.

Hansen, D.L., B. Shneiderman, B. y M.A. Smith. 2011. Analyzing social media networks with NodeXL: insights from a connected world. Morgan Kaufmann (Elsevier). Burlington, MA.

jueves, 21 de enero de 2016

¿La productividad agrícola es la clave para alimentar al mundo?

En el discurso oficial y académico sobre la producción agrícola y las posibilidades de alimentar poblaciones crecientes (aunque ya no tanto como antes), el rendimiento agrícola por hectarea juega un papel preponderante. Se dice que hay que elevarlo, por el medio que sea, porque si no, nos vamos a morir de hambre. Y lo que es peor, las estadísticas solo se enfocan en el cultivo principal, cuando hay a menudo otros productos en la misma superficie que también producen biomasa útil, como forraje, miel, quelite, etc.

La proporción entre calorías producidas y calorías que realmente se comen después de su conversión a carne, etc.

Pero aparte del hecho de las malas cuentas en tanto al rendimiento, este enfoque impide una visión más holística. Si lo consideramos bien, no es tan importante cuánto produce una hectárea, sino cuánto de esta producción realmente termina en nuestro plato.

De la cosecha original de una parcela, en el caso de plantas comestibles, tenemos que deducir los siguientes pasos, todos asociados con costos y mermas:

  • La venta (transporte, tiempo)
  • El transporte a algún mercado de mayoreo y las mermas en el camino, a veces entre países y continentes
  • El costo y las mermas del procesamiento (p.ej., elaboración de pan)
  • El costo y las mermas del comercio hasta la venta al consumidor
  • Lo que se tira o se echa a perder en la casa del consumidor (o la cocina del restaurante donde come)

En el caso de carne, existe una merma todavía mayor: solo una pequeña parte de las calorías de las plantas se convierte en carne. Por ejemplo, tienes que dar a comer a una vaca alrededor de 33 kg y a un puerco alrededor de 10 kg de granos, para que produzca 1 kg de carne. En huevos, esta "eficiencia de conversión" es aproximadamente 5:1 y en leche 1:0.4. Claro, necesitamos algo de proteína, y existen forajes para animales que no podemos comer nosotros, como pasto, zacate seco, desechos varios o esquilmos agrícolas. Además, existen regiones, como los grandes pastizales del mundo, que tienen vocación ganadera. Pero, una buena parte de la carne producida en forma comercial sí se basa en productos que básicamente son alimento humano.

Entonces, se puede mejorar el abastecimiento de muchas otras formas, que no necesariamente requieren mayor producción agrícola - haciendo más cortos y eficientes las vías de comercialización, por ejemplo. O mover el enfoque del alimento animal a esquilmos. O comer menos carne, que es una cuestión de costumbre, al fin.

Hoy les quiero invitar a leer una publicación que salió ya hace unos años, en 2013. Se llama "Redefining agricultural yields: from tonnes to people nourished per hectare" (Redefiniendo el rendimiento agrícola: de toneladas a personas alimentadas por hectárea). Trata una parte del tema: cuánta caloría se produce por hectárea en diferentes partes del mundo, que realmente termina en el sistema alimentario? No ve la parte del gasto energético y de tiempo del comercio, o lo que se pierde o se echa a perder, pero de todas maneras es interesante.

Tiene algunas figuras muy didácticas, como la del inicio, que muestra la proporción de cada caloría producida que termina como alimento humano. Aquí hay otra estadística, que indica cuál parte de las calorías de algunos de los principales cultivos realmente se convierte en alimento humano:

La proporción de calorías de varios cultivos que se convierten en alimento humano.
En verde están las calorías comestibles, y en rojo las pérdidas debido a conversión a carne u otros usos (biodiesel, etc.)


Cassidy, E. S., P. C. West, J. S. Gerber, and J. A. Foley. 2013. Redefining agricultural yields: from tonnes to people nourished per hectare. Environmental Research Letters 8:034015.

González-Amaro, R. M., A. Martínez-Bernal, F. Basurto-Peña, and H. Vibrans. 2009. Crop and non-crop productivity in a traditional maize agroecosystem of the highland of Mexico. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine 5:38.

lunes, 18 de enero de 2016

Tierrita...para mi tierra.

Hace unos 4 años allá por el mes de Noviembre, estando en el Distrito Federal me devoraban las ganas de comerme unos sabrosos elotes asados y otros hervidos, quería entrarle con ganas a los riquísimos tlaxcales, que mi mamá hacía a mano, y atragantarme con los tamales de elote que mi abuelita preparaba con tanto esmero al verme llegar. El recuerdo del sabor dulce de aquel maíz que mi abuelito cultivaba detrás de su casita allá en una loma de la ilustre ciudad de Iguala, Guerrero, me aconsejó regresar de inmediato para degustar de ese festín.

Milpa guerrerense (Foto: H. Vibrans)
Pero ¿Qué fue lo que encontré al llegar a la casa de mis abuelos? La respuesta era simple, simple y aterradora, NADA, no encontré nada, no encontré las altas matas de maíz adornando las lomas que siempre fueron verdes, no encontré a mi abuelo dando tierra a esas matitas de resiembra, ni a mi abuela al lado del fogón asando elotes, no encontré NADA. No podía entenderlo así que fue corriendo a buscar alguien que pudiera explicarlo.

Me encontré un pequeño terreno lleno de milpa, donde un joven recorría los surcos tirando una especie de “tierra” al pie de cada mata, y después la tapaba con el pie. La curiosidad me ganó así que me atreví a preguntar: -Buen día ¿Qué estás haciendo? - A lo que el joven me contestó -Estoy sembrando tierra- y soltó una carcajada. Y en eso recordé un trabajo que había hecho hacía algún tiempo, decía más o menos así (Figura 1)...


Figura 1. Portada de tesis

Muchos agricultores mexicanos no usan los fertilizantes químicos para sus siembras. Esto se debe principalmente a su alto costo (Figura 2), además algunos saben que el uso excesivo de productos químicos ha deteriorado el medio ambiente y los suelos. La contaminación por fertilizantes se produce cuando éstos se utilizan en mayor cantidad de la que pueden absorber los cultivos.

Figura 2. Componentes del costo de producción



Solucionar ese  problema no ha sido fácil, por que se buscan beneficios para los agricultores y se procura evitar la contaminación ambiental. Los investigadores han propuesto los biofertilizantes, estas sustancias están hechas con hongos y bacterias microscopicos.

Estos microorganismos se pegan en la raíces de las plantas y absorben su savia nutritiva y en recompensa los microorganismos descomponen las partículas nutritivas grandes que las plantas no pueden absorber en partículas pequeñas que pueden ser absorbidas fácilmente.  De esta forma hay un mejor aprovechamiento de nutrientes y una mejor retención de agua lo cual promueve el buen desarrollo de los cultivos.


Algunos de estos biofertilizants contienen hongos como Glomus intraradices Schenck & Smith, Trichoderma spp. y la bacteria Azospirillum brasilense Tarrand et al., como fuente de nutrición para los cultivos.

Estos organismos vienen incluidos en paquetes que el gobierno otorga a los campesinos como parte de algunos programas gubernamentales. Pero los agricultores por falta de conocimiento le llaman a éste producto "tierra", más no saben que es lo mejor que hay para los cultivos. Veremos de que se trata exactamente.


Los microorganismos benéficos

Azospirillum brasilense Tarrand et al.

Son bacterias que se relacionan con las raíces de muchas plantas, esta asociación genera una reducción en 40-50% el nivel de los fertilizantes químicos empleados normalmente, además de reducir costos, contaminación ambiental y asegurar la salud humana (Abril et al., 2006).

Se ha mostrado que A. brasilense se adhiere a las raíces de plantas como el maíz, esto permite reducir hasta en 50% el uso de los fertilizantes químicos (nitrógeno, fósforo y potasio) sin que disminuya el rendimiento del cultivo (Caballero-Mellado, 2010).

Glomus intraradices Schenck & Smith

El hongo G. intraradices (Figura 4) también reduce del uso de fertilizantes, el uso de productos fitosanitarios, ayuda a ahorrar agua, y hace que las plantas tengas un mayor crecimiento y se puedan obtener mejores cosechas, además les ofrece a las plantas una mayor resistencia a las condiciones de sequía y mejora el aprovechamiento de nutrientes naturales que se encuentran en los suelos (Hernández, 2008).

Glomus intraradices (Fuente: Agriculture and Agri-Food Canada)


Trichoderma spp.

Estos hongos (Figura 5) habitan en casi todos los suelos, sobre todo en aquellos que contienen mucha hoja seca, o residuos de estiércol de animales y residuos de cultivos, sobre todo aquellas que son más sensibles a enfermedades por hongos.

Además ayudan al control de enfermedades de plantas, descomponen materia orgánica y hacen que los nutrientes se conviertan en formas disponibles para la planta. Es por eso que se menciona que son muy importantes para la nutrición del cultivo (Jensen y Wolffhechel, 1995).


Trichoderma harzianum (Fuente: Wikipedia)


Mis experimentos

Para mi tesis llevé a cabo varios experimentos con el fin de cuantificar el rendimiento bajo diferentes dosis de fertilización química y con biofertilizantes, así como evaluar la rentabilidad de los tratamientos.

Se hicieron en condiciones de riego de enero a mayo de 2013, en el campo experimental del Centro de Estudios Profesionales (CEP) del Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero, donde estudié. El genotipo de maíz utilizado fue VS-535, con un rendimiento de 6 a 7 t por hectárea.

Los tratamientos empleados fueron nueve y se muestran en el Cuadro 1. Estos se distribuyeron en el campo mediante un diseño experimental de bloques completos al azar, con cuatro repeticiones, generándose así, 36 unidades experimentales.

Cuadro 1. Tratamientos evaluados en el experimento

Se sembró a mano el día 11 de enero de 2013, poniendo tres semillas por mata a una distancia de 41 cm del surco. Se fertilizó deacuerdo a los tratamientos. Para poder evaluar los tratamientos se midió el rendimiento de grano.

Resultados


La mayor cosecha de maíz se obtuvo con los tratamientos en donde se aplicó 100% de fertilizante químico (T9), en este tratamiento se obtuvieron 6308 kg en una hectárea (en la Figura 6 este valor es representado por la barra de color verde) .

De la misma manera se obtuvo una buena cosecha en el tratamiento en  donde se hizo una mezcla de 50% de fertilizante químico + 50% de  biofertilizante (T8): se obtuvieron 5614 en una hectárea (en la Figura 6 este valor se representa con la barra de color azul).

Con estos resultados podemos decir que aplicando la mitad de fertilizante químico y la mitad de biofertilizante obtenemos una muy  buena cosecha casi similar a la que se obtendría con una fertilización 100% química sin que el productor afecte su economía.

Figura 6. Valores medios de rendimiento de grano en maíz VS-535

¿Qué significa esto en pesos?

En la Figura 7, se hace una comparación de lo que costaría utilizar diferentes formas de fertilización y producción de maíz. Quiero aclarar que en Iguala, Guerrero, donde viven mis abuelitos los terrenos para sembrar se ha reducido en gran medida por la urbanización que se está extendiendo rápidamente hacía los terrenos fértiles.

Es por eso que los análisis económicos de todos los tratamientos se hicieron tomando en cuenta que sería una siembra en terreno rentado ($1200), y como los terrenos que aún se utilizan para la siembra son planicies se utilizan maquinaria para labores de cultivo como barbecho, rastreo, surcado y siembra ($850 cada labor).

Antes estas actividades se realizaban a mano por los integrantes de la familia, pero ahora a los jóvenes ya no les gusta trabajar en el campo, así que buscan empleos en las ciudades. Además también se tomó en cuenta el manejo fitosanitario y sus respectivos jornales, es por eso que el costo de producir incrementa enormemente.

De esta manera podemos ver como el tratamiento 1 (Testigo absoluto) que se representa con una barra roja en la Figura 7 tiene un valor negativo de $-0.48 pesos, es decir que por cada peso que yo invierto en un cultivo de maíz con 0% de fertilización yo pierdo casi 50 centavos.

Y en contraste el tratamiento 8 (50% fertilización química+50% biofertilizante) representada con una barra de color verde oscuro tiene un valor de $1.47, esto significa que por cada peso que yo invierto en un cultivo con esta fertilización estoy ganando casi 2 pesos.


Figura 7. Ganancia por peso invertido por cada tratamiento evaluado

Al recordar ese experimento fui en busca de mi abuelo para contarle mi experiencia con los biofertilizantes y tratarlo de convencer que hay ideas que de verdad funcionan solo es cuestión de ponerles un poco de empeño.

Al principio no tuve muy buenos resultando tratando de convencerlo, pero después me propuso un trato...sí yo lo ayuda a sembrar el próximo año él me dejaría ponerle toda la tierrita (biofertilizante) que yo quisiera al maíz y que si de verdad funcionaba y obteníamos buena cosecha, él mismo me asaría un costal de elotes para mi solita. Y por supuesto que acepté el trato...amo los elotes asados!!!!

Le conté a mi familia del trato que habíamos hecho y después todos querían elotes...así que nos fuimos a sembrar un terreno de 2 hectáreas de maíz. Ese año mi abuelo obtuvo 16 toneladas de maíz y yo...bueno...yo comí muchos elotes!!!


Literatura citada


Abril, A., Biasutti, C., Maich, R., Dubbini, L. y Noe, L. 2006. Inoculación con Azospirillum spp., en la región semiárida-central de Argentina: Factores que afectan la colonización rizosférica. Ciencia del Suelo 24(1): 11-19.

Bueno, H. P. 2009. Efectividad de los biofertilizantes (Glomus intraradices Schenck & Smith y Azospirillum brasilense Tarran et al.) en comparación con la fertilización química en maíz. Tesis de licenciatura. Centro de Estudios Profesionales. Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero. Cocula, Gro. pp. 8-11,28-41

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martes, 14 de julio de 2015

Estiercol y el más allá


¿La foto les llamó la atención? Pues a mi también.

La Universidad de Wageningen en Holanda invita a aprovechar un "Kiosko de Conocimiento sobre Estiércol" (Manure Knowledge Kiosk) que junta información científica y datos de contactos de expertos. Chequé las publicaciones para México en la biblioteca (library); no son muchas, pero sí parecen interesantes.